Guía y consejos para el peregrino a Santiago de Compostela

Camino de Santiago: ¿Dónde dormir al terminar la etapa?

Los albergues municipales y parroquiales son un distintivo de la Ruta Xacobea (La Casa Del Reloj)

Camino de Santiago: ¿Dónde dormir al terminar la etapa?
La concha del peregrino que marca el Camino de Santiago. PD

Las casas rurales son otra opción y ahí hay que elegir con sumo cuidado, documentándose antes, reservando con cierta antelación y seleccionando aquellas que por su naturaleza, estructura y estilo están de verdad vinculadas al Camino

Públicos, parroquiales o privados, los albergues de peregrinos son una más de las numerosas señas de identidad del Camino de Santiago (Alojamiento: La Casa del Reloj).

También hay miles de casas rurales salpicadas por todo el recorrido y alguna merece la pena aunque hay que ir con cuidado, para evitar el ‘garrotazo‘ en la cuenta que intentan algunos desaprensivos.

Sólo en el Camino Francés hay más de 260 albergues, situación que favorece variadas posibilidades para pernoctar y, por ende, una división de etapas casi a la carta.

Los albergues parroquiales y de órdenes religiosas fueron los primeros en acoger a peregrinos de forma voluntaria y deben mantener esa filosofía para mantener vivas las raíces de la peregrinación.

En los albergues públicos, por norma general, no está permitida la reserva y se ocupan según el orden de llegada, liderando las prioridades quienes hacen el recorrido a pie, seguido de quienes lo transitan a caballo o en bicicleta.

Para alojarse en ellos es indispensable portar la credencial y la estancia se limita a una noche, salvo por enfermedad o fuerza mayor (Camino de Santiago: ¿Cuándo es Año Santo?).

Los albergues privados permiten la reserva y ya es costumbre reservar cama con antelación, sobre todo en verano e incluso antes de partir de casa (Camino de Santiago: Historia, leyenda y significado).
Con la revitalización de la ruta jacobea, los albergues privados han surgido como moscas y los hay que más que albergues de peregrinos parecen hostales.

De las salas diáfanas repletas de literas de la década de los 90 se ha ido pasando a albergues que, aparte de las literas, ofrecen habitaciones individuales y dobles.

Ya no es raro que tengan ropa de cama, lavadora y secadora, cocina y frigorífico, vending, bar, conexión a Internet y hasta máquinas que dan masajes en los pies.

Las casas rurales son otra opción y ahí hay que elegir con sumo cuidado, documentándose antes, reservando con cierta antelación y seleccionando aquellas que por su naturaleza, estructura y estilo están de verdad vinculadas al Camino.

Una que recomendamos, casi a la mitad de la Ruta Xacobea está en Molinaseca, en la provincia de León, nada más llegar al Bierzo y se llama ‘La Casa del Reloj’.

LA CASA DEL RELOJ (MOLINASECA)

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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