El portal Canarias Ahora ofrece en primicia la foto del supuesto envenenador de la enfermera del Hospital Doctor Negrín. Buen, felicidadaes. La pregunta que la sociedad entera debe hacerse ahora es la siguiente, ¿y si no es esa persona? Lo curioso es que el caso se halla bajo secreto de sumario.
Los responsables de este digital olvidan lo que sucedió hace algunos meses en Tenerife con el caso de Diego Fajardo. Este señor se presentó en un centro de salud de Arona con su hijastra. Los médicos, en un lamentable error, pensaron que la menor era víctima de violencia por parte de su padrastro y hasta de tocamientos sexuales. Llamaron a la Guardia Civil y, lo peor de todo, alguien filtró la noticia a la prensa.
El calvario de Diego, del que tuvimos imágenes y todo, fue insultado a la entrada de la comisaría, maltratado por los agentes y su caso fue juzgado por toda la sociedad. El veredicto era culpable…hasta que llegó el informe del forense y dictaminó que la muerte de la menor fue por un golpe en los juegos infantiles, que era la versión mantenida tanto por Diego como por la madre de la pequeña.
Paradójicamente, después de que todo el mundo viese su rostro, al presunto autor de los hechos, una vez puesto en libertad, los medios pixelaron su cara. Pero el mal psicológico ya estaba hecho.
Pues bien, meses después, otro medio de comunicación se olvida del principio de presunción de inocencia y hace pública la foto de una persona que, aunque detenida, tiene todo el derecho del mundo a defenderse. De acuerdo que igual esta vez no hay metedura de pata posible, ¿pero acaso es necesario el riesgo? Ya lo decía una máxima, que la realidad no te estropee un buen titular de prensa o, en este caso, una foto.
