España, hace muchos años, fue el caldo de cultivo para el famoso timo de la estampita. Un hombre o mujer con las facultades mentales supuestamente tocadas ofrecía cuantiosas cantidades de dinero por un objeto (un reloj o cualquier otro artículo de cierto valor) que no valía, ni de lejos, todo el pastizal que se le ponía delante al incauto. Mucha gente cayó en la trampa, aunque hoy ya es una estratagema pasada de vueltas.
Pero estafadores siempre ha habido y buscan el modo de seguir seduciendo a sus víctimas. Desde hace varios años pululan en Santa Cruz de Tenerife un grupúsculo de mujeres jóvenes que fingen ser mudas y que van recogiendo firmas para que se constituya una asociación para la defensa e integración de su colectivo. El problema es que ni piden realmente para esa supuesta organización ni en realidad son mudas. Lo que sí son es calladas y muy avispadas a la hora de meterle mano en la cartera o llevarse la misma sin pudor alguno.
Un grupo de estas mujeres fue detenido el pasado lunes tras el intento de estafar a varios turistas en el entorno de la plaza de España de la capital tinerfeña. Todas fingían ser sordomudas y pedían una ayuda económica para una asociación inexistente.
Varios agentes acudieron a la zona, alertados por las llamadas de los ciudadanos, y localizaron a cinco mujeres realizando esta actividad. Las mismas se acercan a los turistas que pasean por esta zona mostrando unos papeles impresos, en los que se incluyen logotipos de instituciones oficiales para dar mayor credibilidad a su estafa. Aparte de estas cinco, luego se procedió a la detención de otras dos más.
Según un turista afectado por esta situación, ante la insistencia de las falsas sordomudas y los documentos que le enseñaron, entregó a las mujeres unos 20 euros.
