¿Hay deseos de independencia en Canarias? A tenor de los resultados de las últimas elecciones, a excepción del editorialista de El Día, José Rodríguez, que celebra como un éxito los poco más de 2.700 sufragios obtenidos por el Movimiento Patriótico al Parlamento de Canarias, la respuesta es un rotundo no.
El partido de José Luis Concepción se la ha pegado como un campeón, aunque fuentes de esa federación denuncian que en determinados colegios electorales sus papeletas eran solapadas con las de otras formaciones o que, directamente, ni estaban en las cabinas. Desde luego, todo un canto a lo que al final se ha venido a demostrar, que a los ciudadanos les interesan cuestiones sustanciales, trabajo, educación de calidad y una sanidad de primer orden. Lo demás, pura pamplina.
Los compañeros de Canarias Bruta, en un alarde de escrutinio por las diferentes circunscripciones, han rebuscado todos los apoyos recibidos por el llamado Movimiento Patriótico y el resultado no puede ser más desalentador.
En Arrecife de Lanzarote llegaron a obtener 85 papeletas y 21 en Haría, así como 159 al Cabildo de Lanzarote. Al Parlamento regional, 2.728 respaldos. A estos datos, hay que unirle los de la candidata del Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario, otra formación de corte secesionista que consiguió 1.626 al hemiciclo autonómico, 174 en San Cristóbal de La Laguna y dos en la localidad palmera de Garafía. Desde luego, no saben de la que se han librado los ciudadanos. Si Deyanira Tabares tuviese que defender a sus electores, muchos temblarían que su gestión fuese igual que su forma de expresarse y exponer con claridad las ideas –Estados unidos canarios-.
