Hay comarcas sin los servicios más básicos

Guadalajara clama contra la Junta por decenios de abandono

Se echa de más a los consejeros y de menos las inversiones

Guadalajara clama contra la Junta por decenios de abandono
Barreda y Valerio

Valerio y Pérez tienen encomendado el difícil objetivo de limpiar la imagen de los responsables de la Junta en una provincia en la que sufren un notable descrédito por el abandono endémico y por la gestión del incendio en el que murieron once personas

Los guadalajareños han soportado estoicamente el comportamiento estrictamente electoral que Barreda y su gobierno han venido empleando. Desde que hace cinco años tuviera lugar el fatídico incendio que costó la vida a 11 trabajadores, los ciudadanos y la sociedad civil han venido quejándose públicamente del trato recibido. Ahora son los vecinos de la Comarca de Molina de Aragón quienes se lanzan a la calle y hacen público los continuos incumplimientos que con ellos está teniendo José Mª Barreda y los demás miembros de su gobierno.

En Guadalajara se echa de más la constante presencia de Barreda y de sus consejeros a la búsqueda de votos, pero echan de menos las inversiones en servicios básicos de los que carecen algunas comarcas de la provincia. El PSOE quiere ganar la plaza al PP y para ello ha enviado a la ex consejera Magdalena Valerio, que ha sido recolocada como delegada provincial, una función puramente propagandística y de comisariado político.

Este miércoles la comarca del Señorío de Molina se ha puesto en pie de guerra. No reclaman grandes cosas, contar con servicios básicos que la ayuden a salir de la depresión económica que sufre desde hace mucho tiempo sin que la Junta haya atendido sus necesidades: desde contar con acceso a Internet, a poder ver la televisión, pasando por la modernización de unas anticuadas infraestructuras y tener acceso a la educación y la cultura.

En lo que sí se ha empleado la Junta es en potenciar su presencia política en la zona. Desde de cinco años sin aparecer por la zona, Barreda ha vuelto a la provincia después del apaciguamiento judicial de las funestas consecuencias del incendio de Riba de Saelices, ahora se le echa de más por sus frecuentes visitas llenas de palabras y pocas acciones que saquen a las comarcas deprimidas de su regresiva situación.

Además envía, también con menudeo, a sus consejeros y ha colocado de delegada provincial a la ex consejera de Administraciones Públicas Magdalena Valerio, para que, junto con la secretaria general del PSOE alcarreño, María Antonia Pérez León, establecer una estrategia electoral en una provincia que será crucial en las elecciones autonómicas del próximo año.

La labor de Valerio es, como se sabe, puramente propagandística. Los delegados generales de la Junta en cada provincia no tienen más función que circular cada jornada con su coche oficial y séquito por las distintas localidades resaltando la labor del Gobierno regional. Su ausencia no modificaría la presunta eficacia de la administración autonómica nada más que en el ahorro que supondría para su hacienda.

Así, Valerio y Pérez tienen encomendado el difícil objetivo de limpiar la imagen de los responsables de la Junta en una provincia en la que sufren un notable descrédito por el abandono endémico y por la gestión del incendio en el que murieron once personas.

El Gobierno de Barreda, como anteriormente el de Bono, está empeñado en el desarrollo del eje Toledo-Ciudad Real-Albacete, de forma que las comarcas fronterizas de Toledo, Guadalajara y Cuenca sufren el desinterés de la Junta que desprecia a las zonas que puedan prestar servicios a comunidades de regiones limítrofes. Pero mientras en el noroeste de Toledo el voto socialista está asegurado pese a ese visible abandono, en Guadalajara y Cuenca deberá trabajar a fondo para intentar contrarrestar esa mala imagen labrada en los 28 años en que el PSOE lleva gobernando Castilla-La Mancha.

 

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