El PSOE dejó una deuda a las clínicas privadas de 200 millones de euros y unas 600.000 facturas en el cajón
Emiliano García-Page, parece, es de esas personas con ideas fijas que no se bajan del burro aunque se le demuestre una y otra vez que no tiene razón, que está equivocado. Ha vuelto a coger carrerilla, se ha metido las manos en los bolsillos, y se ha lanzado de cabeza contra un muro de hormigón para ver si es capaz de romperlo. Esta vez no se ha estrellado solo. Ha estado acompañado por su jefe de filas, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una especie de competición en la que intentan demostrar quién tiene la cabeza más dura.
No le importa a Page, y parece que a Rubalcaba menos, que desde el Gobierno regional se haya dejado claro una y otra vez que la gestión del PSOE en Castilla-La Mancha en materia sanitaria dejó una deuda a las clínicas privadas de 200 millones de euros y unas 600.000 facturas en el cajón. Una gestión insostenible que, sin embargo, el alcalde de Toledo en ocasiones se empeña en defender asegurando que si gana las elecciones cambiará la oferta de sanidad de Cospedal y desprivatizará lo privatizado. La pregunta del millón es: ¿qué piensa la gente cuando oye hablar así al que se supone que es una alternativa de gobierno? Si queda demostrado que un modelo de gestión es inasumible y se empeña, erre que erre, en defenderlo poniendo contra las cuerdas todo el sistema sanitario, ¿está realmente capacitado para desempeñar puestos de responsabilidad?
Ya hay elementos de juicio para comparar. Hasta la fecha hemos podido comprobar las diferencias de los dos modelos desarrollados en Castilla-La Mancha. El de Bono, Barreda y Page con una deuda que se incrementa día a día y amenaza con dinamitar todo el estado de bienestar porque se basa, fundamentalmente, en tirar de cheques sin fondo y el defendido por el Gobierno de Cospedal, quien ha asegurado que seguiremos teniendo una sanidad pública, universal y gratuita sin necesidad de hacer populismo.
Page se empeña en darse cabezazos y alguien de su partido le tendría que decir que, se ponga como se ponga, va a perder siempre si sigue por el camino equivocado. Lo peor para él es que ya se puede comparar.
