El dato lo ha aportado la portavoz del PP de Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos, en los micrófonos de 13TV: entre 150.000 y 200.000 euros.
Es la cifra aproximada que este año 2014 costarán al dinero público de los castellano-manchegos las jugosas prebendas que en su día se otorgó el expresidente de Castilla-La Mancha, el socialista José Bono, y que todavía mantiene porque ni él ha renunciado ni el PSOE regional quiere apoyar al PP para provocar esa renuncia.
José Bono cuenta desde el primer día en que dejó de ser presidente de Castilla-La Mancha, con diversos beneficios aprobados bajo su mandato en las Cortes regionales, entre ellos despacho oficial y dos secretarias y coche oficial con conductor.
Estas prebendas, hoy absolutamente anacrónicas y fuera de lugar que costaron algo más de 160.000 euros en 2013, se han intentado eliminar por parte del PP a iniciativa de la actual presidenta de la Junta, María Dolores de Cospedal, si bien no ha sido posible por que es necesario para ello una mayoría cualificada que los populares no tienen en el Parlamento regional. Y el PSOE que lidera Emiliano García-Page no está por la labor.
Riolobos estima que, si se hubiera aprobado la supresión de estas prebendas cuando se planteó la medida por parte del PP, el ahorro total del dinero público en esta legislatura hubiera alcanzado la cifra de 350.000 euros aproximadamente, tal vez más.
Según la denuncia de Riolobos, la derogación de estas prebendas de Bono no es posible porque el PSOE en su día propició un artículo según el cual son necesarios dos tercios de la Cámara autonómica para eliminar estos privilegios, a los que, por otro lado, hasta ahora Bono no ha renunciado voluntariamente, con el consiguiente y elevado gasto público año tras año.
Por el contrario, el expresidente José María Barreda sí renunció a estas prebendas, igual que ha hecho ya la propia Cospedal para cuando también ella deje de ser presidenta.
