En Castilla-La Mancha, una extensión de casi ochenta mil kilómetros cuadrados, se da un amplio abanico de posibilidades y paisajes diversos para el turismo y el viajero curioso. Las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Albacete configuran su personalidad; y son reflejo de esa inmensa e intensa historia que empieza a dar señales de vida y aportación humana desde tiempos de los celtíberos, aunque también esconde vestigios prehistóricos.
A lo largo de los siglos, cartagineses, romanos, visigodos, cristianos, árabes o judíos han ido dejando una impronta característica y peculiar que de forma original y acaso exclusiva, se ha quedado plasmada en todas sus manifestaciones artísticas y artesanas.
Existe una imagen castellano-manchega, una estética que marca diferencias, reconocible sobre otras y que se plasma nítidamente en su forma de tratar el cuero, la piedra, la gastronomía con su rica y dulce tradición, los damasquinados, la cerámica, la alfarería, la ropa, los bordados, el diseño de sus espadas y cuchillos o cualquier otra labor creativa realizada por la mano del hombre.
Periodista Digital muestra, en este capítulo, la parte que refleja esa estética castellano-manchega. Hemos recorrido distintos lugares de esta hermosa Comunidad Autónoma para ser testigos de cómo trabajan algunos de estos artesanos.
Por las calles de Toledo admiramos los obradores que hacen arte con el mazapán, ese rico dulce de almendras que se consume masivamente en Navidad, pero que en la capital de la región puede hacerse en cualquier época del año. Vimos trabajando a los orfebres que elaboran ricos damasquinados, transitamos por sus intrincadas calles asombrándonos ante los escaparates que orgullosos enseñan armaduras, espadas, cuchillos, cerámica. Una ciudad para perderse entre sus rincones y leyendas.
Hablamos con Javier Gutiérrez en la localidad de Ventas con Peña Aguilera, uno de los artesanos del cuero. En su taller nos mostró el proceso de elaboración de sus trabajos y exhibió orgulloso sus bolsos, maletas, carteras, cinturones, y otros objetos de los que quiso reseñar su alta calidad, valores seguros de una labor bien hecha a mano a través de generaciones.
No muy lejos, estuvimos con Carlos, un cantero bisnieto de cantero, que trabaja las enormes moles de granito para realizar balaustradas, escaleras y cualquier otro objeto ornamental en piedra para viviendas o edificios de todo tipo. La piedra castellano-manchega, la que sirvió para construir el Alcazar toledano, o los Nuevos Ministerios, en Madrid, entre otras construcciones célebres.
Reportaje de Fernando Íñiguez, Ignacio Ortiz y Helena Villar.
ENLACES DE INTERÉS
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