line-height: 150%; font-family: Verdana, sans-serif; background-image: initial; background-position: initial; background-size: initial; background-repeat: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial;">La auténtica implosión que se está produciendo en el PSOE nacional, está convirtiendo la vida en el PSOE Castellano y Leonés en un calvario.
La obligatoriedad de tomar posición por una corriente o por otra, está estresando, y de que manera, a muchos de los dirigentes socialistas de la Comunidad, sobre todo desde que ayer por la tarde, 17 miembros del comité federal socialista, guiados por la jugada que se sacó de la manga Oscar López hace ahora 2 años para finiquitar al entonces Secretario General de los socialistas de Castilla y León, Julio Villarubia, dimitieran del comité, dejando a los pies de los caballos a Pedro Sánchez, quien por mucho que pretenda aferrarse al cargo, tiene sus horas contadas al frente de la organización.
Cada vez son más los nombres conocidos y no tan conocidos de afiliados socialistas, que viendo claramente «la cornada» que se ha llevado el Secretario General Pedro Sánchez ayer por la tarde y entendiendo aquello de que «a quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija», han optado por un replanteamiento de sus posiciones políticas, escorándose de repente hacia las posiciones «susanistas».
En Castilla y León, continúa aumentando la lista de destacados dirigentes socialistas y afiliados de base que se alinean con las voces más críticas con los planteamientos de Sánchez, mostrando un rechazo frontal a la convocatoria de un Congreso que «ahora no toca».
Y con ello, el secretario autonómico, Luis Tudanca, fiel escudero de Sánchez, se sitúa en una situación cada vez más complicada, ya que difícilmente podrán trasladar a Ferraz un posicionamiento unánime de los socialistas castellano y leoneses, una debilidad que aumenta desde el momento en el que su futuro político depende en exceso del de Sánchez.
