En septiembre de 2014 Marcos Martínez Barazón era presidente de la diputación y quería ser el líder del PP de León.
Contactó con la trama Púnica de corrupción. Ellos, que le llamaban Marquitos, iban a mejorar su imagen pública; él les concedería un contrato de servicios en la estación de esquí de San Isidro.
Todo iba bien, hasta le prepararon una cena en Madrid donde iban a ir “‘la Tetas’ y una amiga”.
En octubre, el político fue detenido. Pasó 43 días en prisión, donde lloraba, hacía pesas y jugaba a las cartas.
LAS TETAS Y SUS AMIGAS
La llaman la Tetas, y ella y sus amigas eran el arma secreta de la trama corrupta de la Púnica para acabar de alegrar la vida a los políticos con los que hacían negocios.
Uno de ellos era Marcos Martínez Barazón, presidente de la Diputación de León y aspirante a liderar también el PP de su provincia.
El 9 de septiembre de 2014, Martínez ha quedado en Madrid para cenar en el restaurante Ten con Ten (frecuentado por políticos, hombres de negocios y famosos) con Alejandro de Pedro, experto en internet y redes sociales que iba a promocionar su imagen.
A cambio, según el sumario, el político haría lo posible para que De Pedro y su entorno consiguieran la concesión de la mejora de la estación de esquí de San Isidro.
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