line-height: 150%; font-family: "Verdana","sans-serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Las promesas del señor Puente caducan como los yogures. No ha transcurrido un año de mandato, y su promesa de abrir las puertas del ayuntamiento a los ciudadanos la acaba de romper o, al menos, de alterar. Con el anterior alcalde, los ciudadanos podían entrar a la Casa Consistorial por la calle de la Manzana y salir, indistintamente, por esa misma puerta o por la principal A partir del próximo día 20, con el señor Puente, solo se podrá entrar y salir por el acceso de la Plaza Mayor, condenando la entrada lateral de la antigua biblioteca municipal.
Ahora resulta que hay que cerrar puertas en la Casa Consistorial por razones de seguridad. Las mismas razones que motivaron, en su día, controlar el acceso en un solo punto del edificio y que provocaron las críticas del entonces jefe de la oposición, como si los vecinos tuvieran vetada su entrada a la casa de todos o estuvieran sometidos poco más o menos a un estado policial y que hoy. le deben parecer del más elemental sentido común, al actual regidor.
Esta decisión del señor Puente supone un reconocimiento implícito de que la medida que adoptó de dejar entrar a todo el mundo por la puerta principal, sin ningún tipo de control, con tintes claramente populistas y buenas dosis de demagogia, ha provocado situaciones de inseguridad.
Desde el día 20, los vecinos que acudan a la Casa Consistorial tendrán que pasar dos filtros policiales: uno en el soportal y otro más riguroso en el vestíbulo principal, tras superar las puertas batientes, una vez coronada la primera escalinata. El dispositivo de control estará situado a la derecha de la escalera imperial donde se habrá trasladado el arco de seguridad que se encontraba, hasta ahora, en el acceso lateral del edificio, con una dotación policial similar.
La apertura y transparencia prometidas por el señor Puente, simbolizadas en la apertura de puertas de la primera casa de la ciudad, se van a traducir en cerrar una puerta que antes estaba abierta a la ciudadanía, y a trasladar el arco de seguridad a su puerta principal. Y es que ya se sabe, «casa con dos puertas mala es de guardar», y mucho más malo está resultando al señor Puente mantener sus compromisos y promesas electorales. Sin ánimo de ser exhaustivo, parafraseando a César Vidal, no ha conseguido ni una sola vivienda social más de las que dejó el gobierno del PP. Se ha enfrentado con todas las instituciones (con la Seguridad Social, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Fomento, la Junta de Castilla y León), y ha paralizado los grandes proyectos de la ciudad.
Ha perdido la subvención de más de cinco millones de euros conseguida por el alcalde anterior, para la regeneración del “29 de Octubre” en Pajarillos.
No ha generado actividad económica ni atracción de empleo y está poniendo en peligro el soterramiento del ferrocarril, criminalizando lo hecho hasta ahora y dando palos de ciego con su última ocurrencia de ‘montaña rusa’, con un tren que tan pronto emerge como desaparece mediante trincheras, que dejaría la estación y zonas aledañas en superficie, y que condenaría a zonas enteras, como Las Delicias, a seguir divididas por las vías con un plan tan disparatado como improvisado que, para colmo, no ahorra costes y destroza la conexión total de la ciudad.
El cierre de puertas en la Casa consistorial, viendo este panorama, tiene una importancia relativa a pesar de que el señor Puente la elevara a lo absoluto en su fracasada campaña electoral. Pero lo peor es que, en casi un año de mandato, no ha dejado de promover los conflictos más variados. invirtiendo el son de la hermosa canción de Kike Santander para Gloria Estefan. El señor Puente ¡cerrando puertas y abriendo heridas!, ciertamente, desafina.
