A mí no me gustan los toros. No tengo nada en contra, pero no me gustan
El portavoz de CiU en el Congreso y candidato a las elecciones generales por Barcelona, Josep Antoni Duran i Lleida, ha respondido con una pregunta a la cuestión planteada sobre si acudiría a la última corrida de toros en la Monumental: «¿Qué concierto hay?».
Inocente, irónico, cínico o vacilón, ante la risa de los presentes en un acto de la mesa sectorial de CiU sobre calidad democrática, ha insistido en que pensaba que se celebraba un concierto: «A mí no me gustan los toros. No tengo nada en contra, pero no me gustan», ha añadido.
Duran i Lleida ha aprovechado para comparar su desagrado con las corridas de toros con aquellos a los que no les gusta el fútbol. Este 25 de septiembre de 2011, la Monumental de Barcelona acogerá la que, con toda probabilidad -si no hay cambio de legislación o decisión del Tribunal Constitucional-, será la última corrida de toros.
REFORMAR LA CONSTITUCIÓN
Por otro lado, CiU incluirá en su programa electoral la posibilidad de modificar la Constitución para adaptar el Senado y convertirlo en una «auténtica cámara de representación territorial». Pero sin modificar el Congreso, por lo que los nacionalistas podrían seguir siendo jueces y parte de las decisiones de las Cortes Generales.
Entre otras reformas en el ámbito legislativo, Duran i Lleida ha insistido en su propuesta de reforma electoral y en su inspiración en el modelo alemán, donde los ciudadanos tienen doble voto: con uno eligen a un representante de distrito y con el otro a su opción política.
Tras 32 años de democracia, Duran no le ve sentido al sistema de listas cerradas y se ha mostrado contrario a que España sea una sola circunscripción única. También propone una oficina parlamentaria de control del presupuesto, un proyecto de ley de acceso a la información para que todo ciudadano sepa el estado de cualquier trámite, y la voluntad de hacer «menos leyes pero más buenas y que eviten distintas interpretaciones del poder judicial».
Otro de las iniciativas planteadas es que los miembros del Tribunal Constitucional tengan que cesar inmediatamente una vez agotado su mandato, con un plazo añadido de tres a seis meses si su abandono coincide con una convocatoria electoral.