Desde el pasado 3 de mayo de 2011, el buque insignia del Grupo Godó, La Vanguardia, publica en catalán una versión de su periódico. Es una traducción de la versión en español, tal y como también hace el diairo del Grupo Zeta El Periódico. La dirección del diario conservador aseguró -antes de su doble publicación- que la edición en catalán no sería una simple traducción. Sin embargo, parece que sí es así.
El comité profesional de La Vanguardia se ha quejado, esta misma semana, de que los redactores que quieren enviar sus crónicas en catalán no pueden hacerlo en contra de lo que había anunciado la dirección.
Siete meses después de la publicación del primer número en catalán la doble traducción -que significa que los redactores pueden enviar sus textos en el idioma que quieran- no funciona correctamente.
UNA TRADUCCIÓN DEL ESPAÑOL, MENOS LAS OPINIONES
Según consta en un acta de una reunión del Consejo Profesional con el director adjunto, Enric Juliana, a la que ha tenido acceso El Triangle, se les desaconseja a los periodistas enviar sus escritos directamente en catalán.
Por su parte, los representantes de la redacción reclama que, el bilingüismo -que, por cierto, no defiende la línea editorial del diario en asuntos como al escuela pública- que sí funciona, sin problema, entre los colaboradores y sección de opinión, funcione también en el resto de secciones del diario.
Los profesionales del Grupo Godó, según indica la publicación semanal catalana, consideran que la edición en catalán de La Vanguardia en «más virtual que real», ya que un equipo de traducción y corrección se encarga de traducir los originales de español a catalán.
Al poco de salir a la venta la edición en catalán, la dirección aseguró que el aumento de ventas se podía cifrar en 6.000 ejemplares al día. Sin embargo, la OJD rebaja la cifra a 4.700 ejemplares, y la venta conjunta ha bajado en cerca de 10.000 ejemplares.