El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (TEDH) con sede en Estrasburgo (Francia) da por cerrado el caso de la demanda interpuesta contra el Estado por dos activistas nacionalistas al considerar que la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatuto de Autonomía era «un atropello» a los derechos del pueblo catalán —TC anula 14 artículos e interpreta otros 23 casi cuatro años después de que PP recurriera 126 preceptos–.
La demanda, interpuesta el 14 de enero de 2011 —Un colectivo democristiano soberanista pide al Tribunal de Estrasburgo que invalide el fallo–, por dos dirigentes del grupo El Matí y Sobirania i Justícia –entidades secesionistas afines a CiU–, no tiene posibilidad de recurso y fue rechazada porque «no se refiere a un litigio sobre los derechos y obligaciones de carácter civil de los demandantes ni al fundamento de una acusación en materia penal contra ellos».
Jordi Cortada y Quim Torra, que presentaron la demanda, informaron que el juez griego L.A. Sicilianos les comunicó que el TEDH desestimó su demanda y ni siquiera se inician las correspondientes diligencias.
Sin embargo, Torra –un conocido activista radical secesionista– aseguró que volverá a intentar que algún tribunal acepte una denuncia de este estilo contra el Estado:
«Seguimos pensando que siempre que haya una mínima posibilidad hay que enfrentarse con el Reino de España hasta el final, sin tregua y sin vacilar».
QUE «DEJARA SIN EFECTO» LA SENTENCIA DEL TC
En su demanda, Torra y Cortada argumentaban, que durante el proceso de las deliberaciones del TC se produjeron «filtraciones, recusaciones interesadas, caducidad de los cargos prorrogados sin ninguna justificación legal» y, por ejemplo, un alargamiento del proceso para decidir más allá de lo «razonable».
Por estos motivos, solicitaban al TEDH que declarasen que la sentencia del TC se dictó bajo la «infracción del derecho a un tribunal imparcial» y pretendían que se «dejara sin efecto» la decisión del Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña —El Constitucional remarca la «indivisible unidad de España»–.
Los demandantes forman parte y son dirigentes de dos entidades secesionsitas que, como recoge La Voz de Barcelona, ya en los manifiestos fundacionales muestran su animadversión hacia España.
ENTIDADES RADICALES
El Matí invita a «la acción conjunta de los catalanes de corazón y espíritu, y de las entidades catalanistas, para trabajar por conseguir una Cataluña soberanamente plena, espiritualmente rica y socialmente integrada y próspera» —«Manifiesto fundacional»–.
Y denuncian «el efecto empobrecedor moral, político y económico de la actual sumisión a España y la imposibilidad del pleno desarrollo de Cataluña y los catalanes en el marco de preeminencia, prevalencia e intolerancia del nacionalismo de matriz castellana», reivindicando «el derecho de Cataluña a disponer de un estado propio».
Similar es el manifiesto fundacional de Sobirania i Justicía —«Manifiesto en defensa de la independencia de Cataluña»–:
«Cataluña vive unos momentos de profundo malestar a causa de la sempiterna dependencia de España, cada vez más insoportable.Cataluña no es solo una nación sin estado propio, sino que, además, pertenece, por el derecho de conquista, a un estado que le es declaradamente hostil y que se vale de todos los resortes del poder para convertir España en una única nación, tal y como proclama la Constitución española. Por eso se niegan a Cataluña los derechos de nación que le corresponden y se trata de destruir este estatus mediante una política de asimilación que a veces se ha servido de la violencia».
