La presión nacionalista no distingue sectores ni colores, ni partidos. La llegada de CiU a la Generalidad –en diciembre de 2010– no ha supuesto ni un solo cambio en la coacción en materia lingüística que reciben los funcionarios. El último caso hecho público, obligar a los médicos a hablar en catalán con sus pacientes… aunque no les entiendan.
La Generalidad insta a todos los empleados de la sanidad pública autonómica a hablar en catalán durante su jornada laboral. Los servicios territoriales de Salud en Tarragona han distribuido un protocolo de 12 páginas que obliga a todos los facultativos a hablar entre ellos en esta lengua –cooficial en Cataluña junto al español– y a dirigirse también en catalán a los pacientes.
El documento –al que ha tenido acceso El País y recoge este domingo 15 de enero de 2012 La Voz de Barcelona: «La Generalidad ordena al personal sanitario hablar ‘siempre’ en catalán»— se publicó por primera vez en diciembre del 2010, durante el cambio de gobierno autonómico.
En octubre del año pasado volvió a reeditarse, en plena ola de recortes sanitarios. Este último protocolo lo presenta el director de Salud en Tarragona, Josep Mercadé (CiU). «Toda organización tiene la necesidad de definir cómo debe gestionar su comunicación y establecer unas normas con las que regirse», dice Mercadé en el documento.
En el texto se explica que el personal sanitario no actúa a título personal, sino que representa a una institución (la Generalidad), cuyas normas deben respetarse. Por eso, advierte el texto, todos los trabajadores deben expresarse solo en catalán tanto por teléfono, como por megafonía, en actos públicos protocolarios e incluso entre los propios médicos durante reuniones de trabajo, especialmente cuando hay delante «terceras personas», como pacientes y sus familiares.
EN CATALÁN AUNQUE NOTE «CIERTA DIFICULTAD» EN EL PACIENTE
El trabajador del sector sanitario público en Cataluña «siempre hablará en catalán, independientemente de la lengua que utilice su interlocutor», sostiene el protocolo, demostrando que a los dirigentes de la Consejería de Salud, al menos en Tarragona, les importa poco la salud de los pacientes, o menos que la lengua que se utilice.
Si en la conversación el paciente se muestra extrañado o no le entiende, el personal sanitario tiene que preguntarle si entiende la lengua y debe seguir hablando en catalán aunque observe en el receptor «cierta dificultad» de comprensión. En este caso, el protocolo dicta que se pueden «utilizar recursos no verbales y material gráfico de apoyo».
La Generalidad marca que el uso de lenguas no oficiales debe ser «restrictivo» y «excepcional» y lo permite en dos casos: cuando una persona extranjera se pone en contacto por primera vez con el sistema sanitario; o si existe la posibilidad de que el paciente interprete mal un diagnóstico o el resultado de unas pruebas, porque podría poner en riesgo su salud.