En tribuna, mientras la masa jaleaba aquello de “bote bote, español el que no bote”

Cuando UGT y CCOO se acoquinan y acaban siendo también ‘independentistas’

Cuando UGT y CCOO se acoquinan y acaban siendo también 'independentistas'
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El secretario general de UGT…  estuvo –junto a CC.OO.- en el palco del Concierto por la libertad mientras se coreaba la reivindicación independentista, se gritaba y jaleaba aquello de “bote bote, español el que no bote”

El secretario general de UGT en Cataluña no desaprovecha la oportunidad para hacer proselitismo de posiciones independentista o acercarse al eufemístico concepto del “derecho a decidir”, la última ocasión ha sido en una entrevista en vilaweb.cat en la que ha criticado que se argumente en contra de la independencia utilizando la viabilidad de las pensiones…

Antes de nada recordar que Josep María Álvarez apoyó la cadena humana independentista pero matizando que debería reclamar el derecho a decidir, estuvo –junto a CCOO- en el palco del Concierto por la libertad mientras se coreaba la reivindicación independentista, se gritaba y jaleaba aquello de “bote bote, español el que no bote”.

El sindicalista también asistió al acto de constitución de la ANC (Asamblea Nacional Catalana), organización que ha organizado junto Òmniun Cultural las movilizaciones independentistas de los últimos años, si la ANC está la órbita de ERC, Òmniun aparece en la de CDC.

De igual forma el Sr. Álvarez, ante el simulacro de negociación entre Artur Mas y Mariano Rajoy para el “concierto económico”, declaro que esta sería la última oportunidad para lograr el encaje entre Cataluña y España”.

Tanto UGT como CCOO en Cataluña pasan por unos apuros económicos que son en gran parte subsanados gracias a la generosidad de todas las administraciones catalanas, desde la Generalitat  hasta los ayuntamientos, reparto que el Síndic de Greuges ha denunciado por no ser ecuánime con el resto de organizaciones sindicales, ¿será este el motivo del silencio –o la escasa movilización- ante los recortes de CiU?

parecen estar posicionándose paulatinamente bajo el paraguas de las subvenciones ideológicas nacionalistas ante la convicción de una futura Cataluña independiente

Esta situación, la de unos ¿sindicatos de clase? que deberían defender los derechos de los trabajadores transformados en una pieza más del engranaje nacionalista (CC.OO. aprobó el derecho a decidir y convertirse en un sindicato de clase y nacional), solo ha ahondado aun más el vacío referencial de miles de ciudadanos catalanes que se sienten huérfanos y extraños en una sociedad ahogada por la omnipresencia nacionalista en todos los ámbitos sociales y políticos.

El sindicalismo catalán parece estar preparando su propia transición nacional, parecen estar posicionándose paulatinamente bajo el paraguas de las subvenciones ideológicas nacionalistas ante la convicción de una futura Cataluña independiente, estas subvenciones son la piedra angular sobre la que se ha construido todo el edificio soberanista, son las que compran más o menos explícitamente líneas editoriales, mantienen irrentables medios de comunicación o crean adeptos a la Causa como el caso de los sindicatos, pero también son las que silencian y anestesian la pluralidad democrática.

Esta transformación del sindicalismo catalán hacia un sindicato nacional, unido a las tesis de partidos conservadores de tintes neoliberales como CDC, empobrece la calidad de nuestro sistema democrático y perjudica al necesario equilibrio de poderes –políticos y sociales- sobre el que debería basarse cualquier país democrático, ya que afianza el discurso único, un pensamiento único que tan buenos rendimientos está dando al independentismo.

Cataluña con su obsesión nacionalista hacia el control absoluto tanto político como social, vuelve a ser la vanguardia de una desafección política propicia a populismos identitarios

Si hasta los sindicatos se pliegan al discurso oficialista del agravio y la construcción nacional:

  • ¿quién defenderá otras relatos que enriquezcan la política catalana?
  • ¿quién vehiculará y denunciará las tremendas necesidades y carencias de la sociedad catalana?
  • ¿quién será el altavoz que denuncie los recortes sociales de un gobierno nada sensible a los problemas de una ciudadanía postrada por la crisis económica?

La desconexión entre trabajadores y un sindicalismo postrado al poder político, dependiente de los recursos públicos para existir, es un síntoma más de la degradación de nuestro democracia –como unos partidos políticos más atentos de sí mismos y de la recolecta pública y privada de recursos que de las necesidades del cidadano-.

Cataluña con su obsesión nacionalista hacia el control absoluto tanto político como social, vuelve a ser la vanguardia de una desafección política propicia a populismos identitarios, populismos como el movimiento independentista catalán.

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