“….nos encontramos ante un bucle autoreferencial cuyo único objetivo es ocultar la realidad a la ciudadanía, negando con burdos argumentos el ridículo internacional del gobierno de Artur Mas, la insistencia y perseverancia en “internacionalizar” el Proceso es proporcional a los exiguos frutos recogidos…”
Alfred Bosch, portavoz de ERC en el Congreso, afirma en una entrevista en Los Desayunos de TVE que “…el silencio de Obama sobre Cataluña me importa más que lo que dijo Rajoy…” y el aspirante a cómico o monologuista Francesc Homs dice en su habitual rueda de prensa (con una más que pésima ironía) “Es el tema político interno más internacional…”, el propio Mariano Rajoy «acaba hablando de él nada más y nada menos que en la Casa Blanca«.
Pero esto solo es una parte en el intento de manipular, deformar o contrarrestar cualquier noticia favorable a España como concepto, especialmente, todo lo relacionado con política internacional y con la economía, estas declaraciones forman parte del guion con el que los medios de comunicación al servicio de la Causa han pretendido dinamitar la visita de Mariano Rajoy a la Casa Blanca.
Esta pérfida connivencia entre medios de comunicación y política la encontrábamos días antes a la reunión en EEUU, los noticiarios de la cadena de radio RAC1 (es remarcable la “bipolaridad” editorial del Grupo Godó, con una Vanguardia virando hacia la “moderación” y una radio convertida en ariete del independentismo) no paraban de repetir cada hora que “…los EE.UU. habían considerado a España el cáncer de la zona euro…” o cuando Luis de Guindos informó al Congreso el crecimiento de un 0,3% en el último trimestre del año 2013, la misma cadena difundió la noticia diciendo “Guindos ha vendido esa noticia en el Parlamento español antes de la reunión con Obama…”.
Si nos damos cuenta, esta forma de actuar responde a las constantes cortinas de humo pergeñadas por el nacionalismo, hay una labor de zapa previa a la reunión Obama-Rajoy, con el objetivo de denigrar el evento, con lo que se facilita que la reinterpretación política de lo sucedido sea más plausible para una población más que desinformada, esto es, no hace falta hablar de la economía, en Washington solo importaba la Consulta.
Pero volvamos a las declaraciones del Sr. Bosch y de Francesc Homs, nos encontramos ante un bucle autoreferencial cuyo único objetivo es ocultar la realidad a la ciudadanía, negando con burdos argumentos el ridículo internacional del gobierno de Artur Mas, la insistencia y perseverancia en “internacionalizar” el Proceso es proporcional a los exiguos frutos recogidos, la cuestión es que lo único realmente existente en la agenda internacional es encontrarnos un ejército de sumisos periodistas orgánicos siempre dispuestos a convertirse en eje de transmisión del poder político.
La argumentación de los que se suponen son la vanguardia política del nacionalismo no podría ser más grotesca, no soporta prueba lógica alguna, la conclusión está predeterminada, si un periodista hace una pregunta al respecto de la consulta de marras, se está internacionalizando el “conflicto”; si Rajoy responde a la pregunta, la consulta está en la agenda internacional; si Obama no responde, es una victoria para el soberanismo… ¡Qué vergüenza de política y de políticos!
La clave de bóveda que sujeta todo este “Proceso” soberanista es precisamente este potente y oneroso aparato de manipulación mediática con el que adoctrinar a la población en los misterios del nacionalismo y, de paso, que sean instrumentos de un juego estratégico internacional solo existente en las calenturientas mentes de los ocupantes del Palacio de la Generalitat, el problema es que la asfixia informativa en Cataluña está decantando la balanza social hacia los postulados independentista, y ante esto no deberíamos conformarnos.
