La ex dirigente de ERC y miembro del Consejo Asesor para la Transición Nacional, Pilar Rahola, ha protagonizado este martes un nuevo exabrupto tachando inopinadamente de «neofalangista» al partido que lidera Albert Rivera.
El auge de Ciudadanos, según queda reflejado en todas las encuestas, y su determinación de revertir la deriva secesionista del Gobierno autonómico sonobjetivo constante de la brusquedad de la tertuliana, quien este martes, en su colaboración habitual en el diario de Godó, ha cargado las tintas de su pluma descalificadora –nunca argumentativa– singularmente contra la formación naranja.
En rigor, toda su columna, titulada para la ocasión «Campaña», supone una descalificación en regla de todos lo partidos que concurren a las próximas elecciones europeas de mayo exceptuando, claro está, a CiU.
«Por los aledaños del bipartidismo», dice en referencia a lo que califica de «las Españas unas», todos necesitan «su pica de Flandes, tanto los alternativos, que quieren afianzar su mordida de tobillo de los grandes, como los intermedios, versión la izquierda de siempre en versión nueva».
CDC o la «fuerza del proceso»
Pero la sutileza de la tertuliana más estridente de cuantas cavernas ha pisado y seguirá pisando es más fina si cabe cuando de desacreditar a Albert Rivera se trata.
Si en anteriores ocasiones ha comparado su apellido con el del dictador y fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, o ha espetado en Twitter cosas como «a punto de vomitar escuchando a Lerroux Rivera», ahora ha jugado a cambiar la «v» del apellido del líder de C’s por una «b», de tal modo que la desafortunada pirueta le ha salido de esta guisa:
«Estas europeas pueden crucificar al PSC y al PP de Camacho, tanto como dar alas al neofalangismo del Viva España que toma el sol en la ribera».
El territorio catalán o «lemosín» es, en cambio, la mesa de juego que Rahola sola compone y recompone según le conviene. «La posibilidad del zarpazo de ERC a CiU es tan notoria como relevante, porque le daría una patada al tablero. Por cierto, esa es la opción que sueñan despiertos y dormidos los próceres del PP, que creen que hay que ir matando a Artur Mas al estilo Roberta Flack, softly…», señala la tertuliana.
En cambio, «si Convergència se mantiene fuerte, el proceso se refuerza. Si quedara segunda, se debilita seriamente», estima Rahola, quien lamenta que, «a la vez, en una diabólica pirueta, el proceso necesita también de una ERC con buenos resultados, lo cual, todo sumado, es física cuántica», dice la periodista.
