La alternativa de una declaración unilateral de independencia tras unas hipotéticas elecciones en clave plebiscitaria tampoco es verosímil
«En ese escenario no sacaremos las urnas a la calle, porque sería dar demasiadas facilidades a nuestros adversarios».
Así se ha pronunciado un destacado dirigente de CiU ante la posibilidad de que el Tribunal Constitucional suspenda la Ley de Consultas no Refrendarias o la convocatoria del referéndum secesionista que promueven para el próximo 9 de noviembre, según recoge este martes El País.
En su opinión, sacar las urnas a la calle en contra de la orden del Alto Tribunal sería «un grave error» porque -consecuencias legales aparte- el PSC, el PP y Ciudadanos llamarían a no acudir a votar, con lo que la participación sería muy baja y, probablemente, solo se movilizarían los partidarios de la secesión.
«Y no se trata de eso. Queremos que el día que se celebre haya un 80% de participación, no un 50%, y que miles de papeletas sean también noes».
Es imposible desplegar la logística para celebrar una consulta ilegal
En todo caso, desde la Generalidad ya han empezado a filtrar a los medios soberanistas que sería muy difícil organizar la logística para una consulta ilegal.
«Fuentes del Gobierno [autonómico] apuntan que, más allá de la voluntad política, en caso de prohibición estatal las dificultades logísticas serían tantas y tan grandes que harían prácticamente inviable cualquier intento de celebrar la consulta ‘sí o sí’, como pretenden algunos sectores del soberanismo (ERC, sin ir más lejos)», explica este martes El Periódico.
Entre esos obstáculos destaca la imposibilidad de obligar a los funcionarios autonómicos a trabajrel día de la consulta; la imposibilidad de obligar a ciudadanos a formar parte de las mesas de votación; la falta de un censo electoral fiable; o la dificultad para establecer puntos de votación en municipios gobernados por partidos que se oponen a saltarse la ley para celebrar el referéndum.
En este sentido cabe recordar que seis de los siete municipios más poblados de Cataluña -Hospitalet, Badalona, Tarrasa, Sabadell, Lérida y Tarragona- están en manos del PSC o el PP.
CiU está «explorando» el nuevo escenario»
Hace diez días, Salvador Sostres revelaba en las páginas de El Mundo que recientemente Mas le había confesado a su amiga y asesora del Consejo Asesor para la Transición Nacional Pilar Rahola que no habrá consulta independentista y que su intención es alargar la legislatura lo máximo posible.
Desde CiU aseguran que ya se «está explorando el nuevo escenario», aunque no lo reconozcan públicamente. Si bien, algunos altos cargos de CDC -como el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila- y de UDC -como la vicepresidenta de la Generalidad, Joana Ortega- han ido allanando el camino para la probable no celebración del referéndum.
La declaración unilateral de independencia, una opción inverosímil
Las alternativas que se le presentan a Mas no son fáciles. ERC -junto a las entidades más radicales, como la ANC y Òmnium Cultural- le presiona para sacar las urnas a la calle aunque sea de forma ilegal.
Y solo admitiría seguir sosteniendo el Gobierno autonómico con la condición de convocar lo antes posible unas elecciones en clave plebiscitaria y, posteriormente, declarar unilateralmente la independencia.
Sin embargo, tal y como se preguntaba Sostres hace diez días y volvía a plantear este lunes el comisario de los actos del Tricentenario de 1714 que organiza el Ayuntamiento de Barcelona, Toni Soler, esta opción no parece muy verosímil.
«Me parece muy difícil creer que el presidente [autonómico] Mas o CiU se avenga a hacer una declaración unilateral de independencia, por tanto, romper la legalidad española, si no se atreven a sacar las urnas a la calle el 9 de noviembre por no saltarse la legalidad», ha subrayado Soler en una entrevista en TV3.
