"Independencia exprés planificada en apenas folio y medio"

Artur Mas y su última ocurrencia pierden el favor de su ‘brunete mediática’

La Vanguardia se suma a El País y El Periódico y lanza un duro editorial contra la "hoja de ruta" independentista acordada por CDC y ERC

El editorial de La Vanguardia advierte de la falta de seriedad y verosimilitud de la "hoja de ruta"

La Vanguardia ha publicado este domingo un contundente editorial contra la «hoja de ruta» independentista acordada el lunes pasado por CDC y ERC con el apoyo de la ANC, Òmnium Cultural y la AMI.

El diario del Grupo Godó destaca la falta de credibilidad y consistencia del plan propuesto por Artur Mas y Oriol Junqueras, sumándose de esta forma a otras advertencias similares lanzadas en los últimos días por El Periódico y El País.

Un acuerdo pactado de forma «casi clandestina»

Con el título ‘Una hoja de ruta equivocada’, La Vanguardia se muestra sorprendida porque el acuerdo se haya firmado «por sorpresa» y se haya «dado a conocer en plena Semana Santa sin explicación pública alguna».

«Una forma de proceder casi clandestina que contrasta con la épica con que han presentado pactos anteriores y con la importancia que los firmantes conceden al texto», añade.

Sorprende que el Gobierno autonómico «haya pasado de puntillas por el asunto»

El editorial considera contradictorio que el acuerdo pretenda «relanzar el proceso soberanista ante las elecciones municipales del 24 de mayo, en un momento en el que las encuestas revelan cierto retroceso del independentismo» y «ser la guía para alcanzar la independencia en 18 meses», pero que el Gobierno autonómico «haya pasado de puntillas por el asunto» pese a su supuesta importancia «circunscribiéndolo al ámbito de los partidos».

Y tilda de sorprendente el hecho que «los firmantes no hayan salido a la palestra para aclarar las muchas dudas que el texto ofrece».

¿Qué mayoría es necesaria, absoluta, cualificada, en votos o en escaños?

La Vanguardia destaca que el texto deja «muchas» cuestiones «en el aire», como por ejemplo, «en qué circunstancias se aplicaría esa hoja de ruta», o cómo pueden considerarse como «plebiscitarias» las elecciones del 27S si «buena parte del arco parlamentario catalán y, por tanto, de la ciudadanía, las considera unas elecciones más».

«El documento, en cualquier caso, no especifica cuál sería la mayoría necesaria para que se pusiera en marcha el mecanismo: ¿absoluta?, ¿cualificada?, ¿en votos o sólo en escaños?…», insiste.

Ir contra la ley «podría acarrear consecuencias graves»

El editorial también alerta sobre el punto que señala que «el proceso de transición democrática no quedaría en ningún caso supeditado a la vigencia jurídica o a eventuales impugnaciones de esta declaración».

«La frase es tan confusa como alarmante: los firmantes parecen advertir que se saltarán cualquier decisión del Tribunal Constitucional si la declaración de soberanía fuera impugnada, lo que podría acarrear consecuencias graves», advierte.

Una Consitución no puede sustituir a un referéndum sobre la independencia

Por otra parte, La Vanguardia critica el procedimiento previsto para elaborar una Carta Magna para una supuesta Cataluña independiente.

«Ni una Constitución puede redactarla una mayoría no cualificada de la Cámara ni su ratificación puede sustituir a un referéndum legal sobre la independencia», indica.

Cada vez menos apoyos

El editorial recuerda que el plan «solo cuenta con el apoyo de CDC y ERC, a los que podría sumarse la CUP».

«Pero están fuera de momento Unió, ICV, el PSC y, por supuesto, el resto de los partidos contrarios a la independencia desde el comienzo. Por tanto, es evidente que conforme se avanza en el llamado proceso soberanista se van perdiendo apoyos por el camino», añade.

No prevé una posible reacción internacional negativa

La Vanguardia considera como «lo más grave» el hecho de que el texto «ignora factores como qué pasaría ante una reacción internacional negativa -o incluso de indiferencia- ante una proclamación de independencia sin que se haya producido previamente un referéndum reconocido y acordado, como ocurrió en Escocia».

«Y es evidente que los escoceses no consiguieron de un día para otro que Londres aceptara colocar las urnas para dirimir su contencioso», subraya.

«Independencia exprés planificada en apenas folio y medio»

Finalmente, el editorial advierte de la falta de seriedad y verosimilitud de la «hoja de ruta»:

«Una independencia exprés, planificada en apenas folio y medio, apoyada por una mayoría parlamentaria inferior a la que se precisa, por ejemplo, para reformar el Estatuto no parece la manera más seria de abordar un proceso tan trascendental como el de la independencia y que es obvio que resulta mucho más complejo de lo que se pretende».

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