Los promotores denuncian la hipocresía social y moral que representa la Semana Santa católica
El Ayuntamiento de Madrid se opone rotundamente a la celebración de la «primera procesión atea» se considere una manifestación o un acto festivo.
«No vamos a autorizar en ningún caso ninguna burla dirigida a la fe y las convicciones de los ciudadanos, ya sea católicos o de cualquier otra confesión».
Como escribe M.J. Alvarez en ABC, más claro, agua. Así lo expresó ayer el vicealcalde, Manuel Cobo, en relación a la celebración de la polémica «procesión atea», convocada para el próximo Jueves Santo.
Pero no fue ese el único mensaje rotundo que realizó el responsable municipal.
El segundo, y no por ello menos importante, fue la advertencia a la Delegación del Gobierno de que, de autorizar dicho acto en la fecha e itinerario solicitados:
«Podría haber problemas de orden público por la concentración multitudinaria de miles de personas que acuden a las procesiones, la coincidencia con otros actos y las características del lugar solicitado».
Por esos motivos, el Ayuntamiento de Madrid ha emitido un informe contrario a la celebración de dicho acto en Lavapiés, coincidiendo con las procesiones del Jueves Santo.
El objetivo de los promotores de la iniciativa -La Fervorosa, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Ateos de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores, la Playa de Lavapiés, Volia, Cruento Cuento y Albatros, entre otros-, es poner de relieve «la hipocresía social y moral que representa la Semana Santa católica».
La pelota, por tanto, sigue estando, en el tejado de la Delegación del Gobierno pese a sus intentos de lavarse las manos.