Su propietario quiere venderlo para salir de la situación de bancarrota personal
Hace hoy siete décadas, el régimen nazi se lanzaba a la invasión de la Unión Soviética. Fue un momento crucial de la Segunda Guerra Mundial. Y parte de los estragos de esa campaña, conocida como la Operación Barbarroja, fue fotografiada en blanco y negro por el austríaco Franz Krieger.
Y con ese nombre empiezan a encajar las piezas del rompecabezas histórico que ayer The New York Times presentó a sus lectores en el blog Lens.
Krieger era un fotoperiodista de Salzburgo, que murió en 1993. Su álbum, de 24 páginas, recoge en 214 instantáneas a líderes del régimen nazi, prisioneros de guerra y víctimas judías. El dictador Adolf Hitler aparece en nueve de ellas, tomadas a muy poca distancia. Y el hecho de que estén todas juntas hace del libro un documento histórico de excepción. El enigma sobre su origen quedó resulto en pocas horas, gracias a una lectora.
Esa pieza la aportó Harriet Scharnberg. La historiadora de Hamburgo explica que Krieger fue al campo de concentración en Minsk, en Bielorrusia, en calidad de miembro de una formación política del régimen nazi conocida como Reichsautozug. Allí, en 1941, «fotografió a los prisioneros de guerra rusos y pudo visitar el gueto judío, retratando a sus vecinos», señala en un mensaje colgado esta pasada madrugada en la bitácora electrónica.
MISTERIO INICIAL
El diario The New York Times ha tenido acceso a este -INICIALMENTE- misterioso libro fotográfico, del que se desconoce tanto el autor de las instantáneas como el propietario del mismo, un «hombre de la industria de la moda que trabaja en Manhattan» que les mostró el álbum pero prefirió quedar en el anonimato, publica hoy el rotativo.
Las imágenes en blanco y negro pegadas sobre las páginas del álbum no tienen ninguna referencia de cuándo o dónde fueron tomadas, por lo que el diario ha pedido a sus lectores que ayuden a resolver el misterio de quién se encontraba detrás de la cámara que tomó estas fotografías.
La particularidad de este álbum no es solamente que haya permanecido en secreto durante todos estos años, sino que reúne instantáneas tanto de los soldados nazis como de las víctimas del exterminio, todas ellas tomadas desde muy cerca, por lo que el periódico asegura que el fotógrafo tenía claramente acceso tanto a las tropas de Hitler como a los campos de concentración.
En una de las páginas del álbum se puede ver a un prisionero de lo que parece ser un campo en Minsk (Bielorrusia) hacia 1941, muy delgado y cubierto por una manta ennegrecida, junto a otra imagen en la que aparece un grupo de prisioneros con la estrella de David pintada sobre su ropa.
Cuatro páginas después se puede ver al Führer rodeado de militares, esperando en una estación de tren la llegada de su aliado, el entonces regente de Hungría, Miklós Horthy, según las averiguaciones del periódico.
Poco después hay otra imagen, tomada a pocos pasos de Hitler, que muestra a ambos estrechándose la mano. El autor de las imágenes también documentó el trayecto por Europa del Este de un autobús del Partido Nazi, el recibimiento con el brazo en alto de un grupo de enfermeras a Hitler en una estación de tren, una familia con seis hijos sumida en la pobreza o las ruinas de una ciudad destruida tras los bombardeos.
«Este álbum se diferencia de la mayoría de los demás por la calidad de sus fotografías», dijo al rotativo la directora de la colección de fotografía del Museo del Holocausto de Estados Unidos, Judith Cohen.
Aseguró también que el autor de las imágenes «era claramente un profesional y sabía lo que hacía», por lo que «probablemente» era parte de la Propagandakompanie, el cuerpo propagandístico de Hitler.
«Sabía que tenía un pedazo de Historia«, reconoció al rotativo el propietario del álbum, quien ahora quiere venderlo para salir de la situación de bancarrota personal en la que asegura encontrarse.
«Estaba muy preocupado de que cayera en las manos erróneas. Pero ahora mi necesidad es demasiado grande», dijo el misterioso propietario al periódico.