¿Te sientes como cuando tenías que hacer un papel en una presentación teatral en tu escuela?

Trucos efectivos para hablar en público

Aprende a controlar ese deseo casi irrefrenable de correr y esconderte bajo un escritorio

La popularidad de las "charlas TED" o TED Talks han elevado las expectativas del público en general sobre la actuación de los oradores.

En ese momento Savage no lo sabía, pero toda esa ansiedad y miedo moldearían su carrera profesional.

«Solo recuerdo que pensaba que no podría lograrlo. No podía hablar frente a todas esas personas. Estaba temblando justo antes de que subiera el telón del teatro», cuenta Savage.

«Mi voz se quebraba y miraba fijamente el piso… a partir de ese momento evité cualquier situación donde tuviese que hablar en público».

Al terminar la escuela, Savage se convirtió en farmacéutico, atraído por la sensación de seguridad que le daba el vidrio que lo separaba de los clientes.

En 2000, le pidieron que dictara un programa de entrenamiento al personal de la amplia cadena de farmacias que integraba la compañía donde trabajaba.

«Más que solo compartir con la gente en la farmacia donde trabajaba, ahora tenía la oportunidad de formar a personas de otros 400 locales. Al principio pensé: ‘qué bien’… hasta que recordé mi antiguo obstáculo».

Fue como revivir completamente el momento del «pequeño ángel». Creyó que quizás no podría dictar el entrenamiento.

Factor miedo

A muchos nos da temor hablar en público.

Una encuesta desarrollada en 2014 por la Universidad Chapman determinó que el miedo a hablar en público era la fobia más grande para 25,3% de los encuestados.

Sin embargo, ese temor puede estar limitando nuestras carreras.

Un sondeo de opinión realizado con 600 empleados en el 2014, evidenció que entre las principales habilidades que buscaban los cazatalentos, la «comunicación oral» figuraba como la primera, y «capacidad para hacer presentaciones en público» en cuarto lugar.

Las habilidades gerenciales administrativas aparecieron en el último lugar de la lista.

Otra investigación, realizada online en ese mismo año, con una muestra de 2.031 trabajadores estadounidenses encontró que 12% estaría dispuesto a dejar que otro haga la presentación, incluso si eso implica perder respeto en sus trabajos.

De los que sí dijeron que harían la presentación, el 70% expresó que hacerlo sería fundamental para el éxito de sus carreras.

Reconocidas figuras, como el legendario inversionista Warren Buffet, han resaltado cómo tomar un curso de oratorio contribuyó directamente a su éxito profesional.

Dar la cara

A pesar de que ahora la actividad profesional se desarrolla generalmente detrás de una pantalla de computadora, los ascensos profesionales continúan relacionados con el dejarse ver y oír.

Un reporte de IBM sugiere a las mujeres que buscan trabajos en niveles ejecutivos que se ofrezcan como voluntarias para participar en foros de discusión o encuentros públicos, así como también que escriban en blogs o que tuiteen, a fin de hacer que sus trabajos sean conocidos en el resto de la compañía.

Harvey Coleman, consultor empresarial y autor de libros sobre mejoramiento profesional, señala que hay tres factores clave para el éxito: desempeño, imagen y exposición.

La importancia de estos elementos no está distribuida equitativamente, explica Coleman, sino que exposición pesa 60%, imagen 30% y desempeño 10%.

«Hablar en público ya no es algo opcional para el crecimiento profesional», advierte Steve Bustin, autor de una guía completa para hablar en público y hacer presentaciones.

«Es una habilidad esencial para los negocios, que necesita ser aprendida y practicada como cualquier otra habilidad», comenta Bustin.

«Muchas entrevistas de trabajo, especialmente para niveles sénior, incluyen hacer una presentación ante un panel de entrevistadores».

De hecho, ahora que las video conferencias sustituyen cada vez más a las llamadas telefónicas, muchos trabajadores deben pasar más tiempo frente a sus colegas.

En ese sentido, la popularidad y la influencia de las famosas «TED Talks», de la ONG especializada en la difusión de ideas a nivel global, ha cambiado las expectativas de las audiencias.

Originalmente, estas charlas habían sido concebidas en 1984 como conferencias anuales sobre tecnología y diseño en Canadá.

Desde 2006, comenzaron a ser transmitidas a través de internet con el eslogan «ideas que merecen ser difundidas». Ahora son un fenómeno cultural.

Cada charla presenta a un experto durante 20 minutos. Hasta ahora, han sido vistas en Internet más de mil millones de veces y traducidas a más de 100 idiomas.

Bustin señala que la habilidad que demuestran los voceros presentados en estas charlas, ha elevado las expectativas sobre el resto de nosotros.

«Ahora puedes ver grandes presentadores en YouTube, y cuando las personas van a conferencias o eventos en las compañías, esperan que los voceros sean tan buenos como los que han visto… la vara la han puesto bien alta».

Para las personas que temen hablar en público, eso no es una buena noticia.

¿Pelear o huir?

La razón por la cual sentimos miedo es natural, y se encuentra arraigada muy en nuestro interior.

Luffman comenta que nuestro cerebro es cuatro o tres veces más propenso a ver una amenaza que una recompensa.

«De modo que cuando estamos frente a un grupo de personas que no conocemos… asumimos el ‘modo amenaza'».

Nuestro cerebro se mueve entre las opciones «pelear» o «huir». Cuando esto ocurre se libera adrenalina en el cuerpo y el ritmo de los latidos del corazón se incrementa, por lo que te encuentras en posición de pelear o correr.

Este exceso de energía puede provocar que tu garganta se contraiga, te ruborices y sudes copiosamente.

En esos casos, tanto Bustin como Luffman advierten que la clave para una buena presentación en público es la preparación.

En vez de aprenderte de memoria todo lo que vas a decir, ellos recomiendan solo memorizar las dos o tres primeras frases con las que iniciarás tu presentación.

Luffman también sugiere visualizar de antemano cómo está ambientada la sala donde harás la presentación, cómo estará decorada, dónde te ubicarás.

«Si con anterioridad puedes imaginar detalladamente cómo lucirá el lugar donde harás la presentación, podrás reducir el nivel de ansiedad que sentirás cuando vayas a empezar», comenta Luffman.

No obstante, nada puede sustituir a la práctica como método para superar esta situación.

En 2000, cuando a Savage le ofrecieron las alternativas de quedarse detrás del mostrar de la farmacia o estar frente a colegas en el masivo programa de entrenamiento, decidió enfrentar sus miedos.

Con la ayuda adicional de programas neurolingüísticos, enfocados en la estructura del lenguaje y los patrones de comportamiento individual, Savage comenzó a superar «sus creencias sobre sus limitaciones y la ansiedad».

Un momento cumbre para su cambio de actitud fue un valioso consejo: «no se trata de ti, sino de la audiencia».

«Para muchas personas que experimentan este miedo, el principal problema es que se concentran en ellos mismos. ‘¿Qué pasa si soy un desastre?’, se preguntan… Cuando, en verdad, lo más importante es que el mensaje le llegue a la audiencia. Si además les agradas, ya eso es un plus», cuenta.

Más de 50 años después de su pesadilla navideña, Savage se encontraba a punto de abrir la conferencia profesional de farmacéuticos del 2015, un evento de cuatro días que congregó a más de 4.000 delegados.

«Pensé que era un privilegio y un placer tener esta oportunidad de hablar ante estas personas y compartir algunas ideas… en vez de decir ‘oh, esto va a ser traumático’, recuerda Savage.

Savage ahora es un orador muy activo en conferencias, y asesora a otros en la forma de superar sus miedos.

¿Alguna vez se llegó a preguntar que habría ocurrido si no hubiese decido mejorar?

«Definitivamente habría limitado mi carrera profesional. Simplemente me habría estancado».

Este artículo fue publicado originalmente en BBC Mundo. Leer más

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