Ha fallecido a los 85 años

Muere Hugh Thomas, el británico que mejor contó la Guerra Civil española

Prestigioso hispanista, se dio a conocer en 1961 con una obra sobre contienda de 1936-39

Muere Hugh Thomas, el británico que mejor contó la Guerra Civil española
Hugh Thomas. GC

Soy equilibrado en mis juicios, pero ahora soy más conservador que en los años sesenta

En 2001 se conmemoró con una edición especial en español la aparición, cuarenta años antes, de la obra fundamental de Hugh Thomas, «La Guerra Civil española».

A pesar de que la ocasión le permitía reivindicarse como un clásico, pues en verdad lo era, se limitó a señalar en una entrevista:

«Soy equilibrado en mis juicios, pero ahora soy más conservador que en los años sesenta. En la Guerra Civil no había conservadores, todos fueron revolucionarios o contrarrevolucionarios».

Había recorrido un largo camino y, a pesar de que muchos textos apresurados hablarán ahora de él como un hispanista, era demasiado brillante para responder a una etiqueta tan gastada como ésa.

Cuenta Manuel Lucena Giraldo este 8 d emayo de 2017 que tuvo el privilegio de entrevistarle hace más de una década para el Cultural de ABC, en relación con el primer volumen de la que luego sería una excelente serie, en la línea de la historia global y el papel fundacional de España en ella:

«El Imperio español, de Colón a Magallanes» (2003). En 1994 había publicado «La conquista de México» y le seguirían «El Imperio español de Carlos V» (2010) y «El señor del mundo: Felipe II y su imperio» (2013). En tantas décadas de investigación, le dio tiempo a escribir sobre Cuba, Venezuela, Suez, la trata de esclavos y el gran emprendedor industrial Eduardo Barreiros.

Gustos exquisitos

A Thomas, para nuestra fortuna, lo que le parecía más interesante era la Historia de España. Da una idea de su actitud de absoluto respeto y amor por nuestro país que en la citada entrevista de 2001 considerara los orígenes de la Guerra Civil «cada vez más complicados», o sea, enigmáticos: «La España de hoy parece un país de tolerancia, demócrata, y no puede ocurrir lo que pasó entre 1931 y 1936».

Hay que decir que para Thomas lo español implicó ante todo una experiencia vitalista y un deslumbramiento. Persona de gustos exquisitos, encontraba en la cadencia del tiempo mediterráneo, con su perfecta combinación de labores y diversión, un elemento de civilización humana inmejorable.

Como otros británicos de su generación, hizo su primer viaje a España en 1955 y de alguna manera descubrió un sentido de la existencia que contrastaba con los rigores puritanos carentes de sentido en los que se habían educado. Nacido en Windsor en 1931, recibió su educación inicial en Sherborne School (Dorset) y en 1953 se licenció en la Universidad de Cambridge. Completó luego sus estudios en la Sorbona.

Su premiado libro sobre la Guerra Civil española le condujo por pura lógica a los senderos cubanos y en 1971, tras diez años de trabajo, publicó la estupenda monografía «Cuba, la búsqueda de la libertad».

De 1966 a 1975 fue catedrático de Historia en la Universidad de Reading. Entre 1979 y 1991 estuvo vinculado al partido conservador y a la figura carismática de la premier Margaret Thatcher («una persona muy agradable en privado, enormemente atenta»), lo que le valió reconocimiento como Lord Thomas of Swynnerton, de Notting Hill, el célebre barrio de Londres donde residía.

El radical individualismo pragmático (tan inglés) de Hugh Thomas explica un europeísmo compartido por toda una generación, visible siempre en las magistrales Terceras que publicaba en ABC.

Humanismo europeo

La violencia y el nacionalismo etnicista constituían bajo su punto de vista la negación del humanismo europeo y los partidos políticos británicos, por una inconsciente frivolidad, hicieron insostenible uno tras otro su posición individual.

Hugh Thomas abandonó a los laboristas en 1975, tras servir al premier Harold Wilson, por su tibieza hacia la integración británica en las Comunidades europeas. Por entonces, quién lo diría, los tories eran campeones de la causa europeísta. Luego se vio forzado a abandonar a los conservadores, debido al mismo cambio de posición, al manifestarse en su opinión contra las instituciones e ideas europeístas. En 1997 se unió a los liberal demócratas, para mantener su europeísmo.

Que, por supuesto, no era solo político, sino ante todo cultural.

Una magnífica entrevista que le hizo en estas páginas Luis Ventoso hace poco más de un año destacó estos aspectos.

En ella señala: «Yo he defendido a España con fortaleza, he hecho todo lo que he podido en ese sentido».

Ante el asunto de Gibraltar, señala que «es partidario de la soberanía compartida, con el arzobispo de Sevilla Carlos Amigo y la Reina de Inglaterra». Hay en esta propuesta una manera preciosa de decir que la política no debe separar lo que ha unido la historia de este viejo, venerable y hermoso continente en el que nos encontramos, al que nos enseñó a amar desde su admiración por España.

Hugh Thomas poseía las órdenes de Isabel la Católica y Alfonso X el Sabio, así como otros importantes honores.

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