Todo está preparado para que Mario García Montealegre, toledano, acepte una condena menor y evite ingresar en prisión. Hace tres años, cuando tenía 24, una acción suya grabada con un móvil por su amigo Álvaro Gragera —también acusado— se hizo viral: pateó a una mujer que esperaba en un paso de cebra de la avenida Diagonal de Barcelona y lo difundió en redes sociales. García ya ha abonado 60.000 euros a la víctima —un tercio más de lo que pedía el fiscal— para reparar el daño físico y moral que le causó el incidente.
Los abogados de Mario García y de Álvaro Gragera están convocados este miércoles a una vista en la Ciudad de la Justicia junto con el fiscal de delitos de odio de Barcelona, Miguel Ángel Aguilar. Allí se decidirá si el caso va a juicio o si ambos aceptan su culpabilidad y se conforman con una sentencia que pueda evitarles el ingreso en prisión. En su escrito de acusación, el fiscal pide para ellos una pena de tres años de cárcel por un delito de lesiones y otro contra la integridad moral, con dos agravantes: alevosía y discriminación por género, según recoge Jesús Garcia en El País.
Los jóvenes actuaron con “el afán de humillar y ridiculizar a una mujer por el hecho de serlo”, según el fiscal, que pedía además el pago de una indemnización para la víctima de 45.000 euros. Si los acusados aceptan los hechos —un indicio de que sí lo harán es que han abonado con creces la indemnización como medio para reparar el daño—, el fiscal podría rebajar esa pena hasta dejarla en el umbral de los dos años de cárcel, lo que les evitaría el ingreso.
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