"Venceréis, pero no convenceréis"

Más de 80 años después del enfrentamiento entre Unamuno y Millán-Astray resulta que fue mentira

Tanto el «You will win, but you will not convince» como el «Vaincre n'est pas convaincre» han sido utilizados a lo largo de los años para representar el triunfo de la inteligencia contra la fuerza

Más de 80 años después del enfrentamiento entre Unamuno y Millán-Astray resulta que fue mentira
El filósofo Miguel de Unamuno y el general Millán Astray en 1936. GC

Lo supuestamente ocurrido aquel 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo del centro durante la celebración del Día de la Raza tenía tanto sabor y estaba tan bien hilvanado, que caló hondo

La tradición historiográfica de la izquierda lleva ochenta y dos años repitiendo la mentira del enfrentamiento entre el rector de la Universidad de Salamanca en 1936, Miguel de Unamuno, y el fundador de La Legión, el general Millán Astray.

Según esta falsedad, inventada por primera vez en el ABC republicano de Madrid en plena Guerra Civil, los dos se enfrentaron a la conclusión del acto del día de la Hispanidad, el 12 de octubre de 1936.

Cuentan que en su discurso de clausura del acto, el rector Unamuno dijo aquello de «venceréis pero no convenceréis», a lo que el legionario habría contestado con un «Viva la muerte, mueran los intelectuales».

Y que entre el alboroto y el intento de agresión al literato por parte de legionarios y falangistas, la esposa de Franco, Doña Carmen Polo, tuvo que dar el brazo a Unamuno para acompañarle, a salvo hasta su coche.

Lo supuestamente ocurrido aquel 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo del centro durante la celebración del Día de la Raza tenía tanto sabor y estaba tan bien hilvanado, que caló hondo. En pocos meses, fue traducido y narrado por multitud de medios a lo largo y ancho de Europa.

Así pues, tanto el «You will win, but you will not convince» como el «Vaincre n’est pas convaincre» han sido utilizados a lo largo de los años para representar el triunfo de la inteligencia contra la fuerza.

La versión, que tardó un año en ser publicada en el antiguo diario monárquico de Madrid incautado por los republicanos, es falsa.

Ya lo dejó claro Eugenio Vegas, que asegura que Astray jamás interrumpió el discurso de Unamuno y que lo que verdaderamente gritó, una vez terminado el acto fue «¡Muera la intelectualidad traidora!» y que, lejos de ser una crítica a Unamuno, fue un acto de apoyo a las palabras del intelectual y a las de José María Pemán y el historiador José María Ramos, que le habían precedido en la tribuna con duras críticas a intelectuales como Azaña y quienes se habían vinculado al Frente Popular.

La Gaceta recuperó el febrero de 2017 un documento, la publicación de la crónica y las fotografías del acto que apareció el día 13 de octubre de aquel 1936 en el periódico El Adelanto, de Salamanca, realizada por varios redactores que estuvieron presentes en el acto.

Un nuevo estudio elaborado por Severiano Delgado Cruz, bibliotecario de la Universidad de Salamanca, acaba de hacer añicos este mítico episodio después de más de ocho décadas, como recoge ‘ABC‘.

La crónica deja claro como Unamuno y Millán Astray mantuvieron una muy buena sintonía durante todo el acto y que, a pesar de que se ha pretendido manipular con la intervención de Doña Carmen Polo, ésta salió del brazo de Unamuno por indicación del general.

La realidad es que la esposa de Franco había llegado unos minutos tarde al acto, y no había sido acompañada a su sitio por Unamuno, que ya había ocupado la presidencia.

En su lugar, fue Astray quien acudió a recibirla y la acompañó, del brazo, hasta el lugar que debía ocupar.

Se había acordado que entraría con Unamuno y saldría con el legionario. Pero como a la entrada la había acompañado Millán Astray, el general le indicó a Unamuno que debía ser él quien la acompañase a la salida. Es más, tras el intelectual y Doña Carmen, iba el propio militar.

La fotografía que reproduce este diario en este artículo muestra el momento en el que Millán Astray y Unamuno se despiden cordialmente y con una sonrisa en el rostro del militar, en presencia de la esposa de Franco.

Es más, el texto de El Adelantado recoge las intervenciones del intelectual y el militar de la siguiente manera:

«Finalizó el acto con unas breves palabras del señor Unamuno y otras del heróico general Millán Astray, combatiendo a los hombres que permanecen encubiertos, (…) Al abandonar el Paraninfo la excelentísima señora doña María del Carmen Polo de Franco, con los ayudantes, fue acompañada por el bizarro general Millán Astray, las autoridades y el público hasta el automóvil».

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