Los Ultrasonidos como método de limpieza eficaz

Los Ultrasonidos como método de limpieza eficaz
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La limpieza mediante ultrasonidos está basada en el principio de ondas de alta frecuencia (aquellas que superan los 20 KHz). Son producidas en el líquido en el que las piezas son sumergidas.

Es la propia naturaleza de la energía ultrasónica la que brinda el empuje físico que hace falta para quebrar los enlaces mecánicos e iónicos que establecen las diminutas partículas que se alojan en la misma superficie.

A consecuencia de la frecuencia del trabajo y de la densidad del mismo líquido, se forman permanentes depresiones y sobrepresiones que en cuestión de escasas milésimas aparecen y desaparecen en él, provocando la implosión de la molécula de agua (unas cuarenta mil veces por segundo). Así, se produce un microcepillado que incide alrededor de cualquier elemento que sea introducido.

Tal efecto es conocido por el término de cavitación ultrasónica, y borra la suciedad de la superficie de las piezas que han sido sumergidas, llegando incluso a actuar en los puntos de más abrupto y complicado acceso. Puede conseguir alcanzar las áreas internas que resultan inaccesibles para otros medios de limpieza más convencionales y conocidos por el amplio público.

La captación de ultrasonidos es una técnica de mantenimiento (concretamente de mantenimiento predictivo) para detectar fallos que puedan pasar inadvertidos si exclusivamente empleamos otras técnicas tradicionales. Para aquellos que no lo sepan, el mantenimiento predictivo o basado en la condición se esmera en evaluar el estado de la maquinaria y establece una estimación sobre la conveniencia de intervenir o no hacerlo, fenómeno que puede llevar a conseguir importantes ahorros. Se trata de un grupo de técnicas instrumentadas de análisis de variables y de medida, en los que caracteriza en términos de fallos potenciales (que puedan llegar a producirse si no se previenen) la condición operativa de los equipos que funcionan en la producción. Su principal objetivo reside en optimizar la fiabilidad y disponibilidad de los equipos en nómina al menor coste económico posible.

Volviendo a los ultrasonidos tras este breve paréntesis, decir que existen bastantes fenómenos que van acompañados de una emisión de tipo acústica, en un nivel más elevado que las frecuencias del rango audible. Las características que presentan estos fenómenos ultrasónicos posibilitan el uso de detectores de ultrasonidos en multitud de aplicaciones industriales dentro del mantenimiento.

Es conveniente estudiar cada caso particular, en función del sector y de la aplicación para la que se desea utilizar el equipo de limpieza por ultrasonidos. Esto provoca que las tendencias en este mercado pasen forzosamente por un permanente desarrollo tecnológico en los equipos de nueva gama.

La idea es conseguir un sistema de sinergias entre los distintos elementos (tecnología, manejabilidad, eficacia), tanto del propio sistema de limpieza por ultrasonidos en sí, como de la manipulación de los instrumentos o piezas a limpiar.

Así, pueden desarrollarse sistemas automatizados de manipulación, cuadros de mando abiertos a muchas programaciones en función de las necesidades de limpieza, plataformas neumáticas que posibilitan un movimiento sencillo de la cesta en las que se depositan las piezas cuando han de limpiarse, sistemas de mejora de la cavitación (Sweep System), y un largo etcétera. Algunas empresas ofrecen servicios de ultrasonido que pueden ser contratados a partir de sus páginas de internet, como es el caso de UltraTecno.

En los últimos tiempos cada vez son más utilizados para limpiar motores de barcos, gigantescos aparatos donde los haya.

El uso de los ultrasonidos como alternativa en pos de una mejor actuación medioambiental es cada vez más demandado para prevenir, tanto la proliferación de incrustaciones como el «fouling» (abordaje). Todo ello sin necesidad de cambiar el casco de la embarcación en cuestión. Sin duda se trata de un importante avance en el mantenimiento de estos monstruosos aparatos, ya que actúan eficientemente, destruyendo los órganos internos de aquellas algas y/o moluscos que puedan adherirse a las paredes del barco.

Al margen de limitar los costes y el esfuerzo para el mantenimiento de la nave fuera del agua, así como de prolongar la vida útil de la pintura «antifouling», la utilización de este sistema repercute en otras ventajas, como por ejemplo en una reseñable mejora del rendimiento de la embarcación en términos de maniobrabilidad y velocidad.

Además, están creados sin perder de vista el componente ecológico, tratando de que actúen con respeto sobre el medio ambiente. Suelen estar exentos de sustancias tóxicas, cumpliendo de esta forma con las normas ambientales de los más estrictos puertos marítimos.

La Universidad de Huelva desarrolló un estudio que constanta que el uso de tal sistema no produce modificaciones desagradables en instalaciones de acuicultura para la cría de especies de macroinvertebrados.

El cuidado medioambiental es por lo tanto uno de los sellos distintivos más positivamente valorados de este sistema. En 2008 la IMO (Organización Marítima Internacional) exigió la erradicación absoluta del uso del TBT, una sustancia biocida altamente nociva para la naturaleza.

De ahí que los fabricantes de pinturas no hayan cejado en el empeño de investigar para introducir renovados productos en el mercado.

No obstante, da la impresión de que los sistemas de ultrasonidos están ganando un valioso terreno en el sector. O al menos es lo que puede vislumbrarse al analizar las tendencias de consumo en las últimas fechas.

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