Un vulcanólogo italiano sostiene que el volcán Etna, en Italia, se comporta de forma parecida a una gigantesca fuente termal, y ha publicado su teoría en la revista Earth-Science Reviews.
Carmelo Ferlito, de la Universidad de Catania, rechaza haber encontrado evidencias que muestran que el Etna no sea un volcán, como han sugerido algunas publicaciones. Pero sostiene que esta icónica montaña siciliana, tiene algunas propiedades que son diferentes a otros volcanes.
El monte es el volcán más alto de Europa y es famoso porque es muy activo. Además de arrojar toneladas de lava, también emite una enorme cantidad de vapor, dióxido de azufre y dióxido de carbono. Son estas otras emisiones las que han convencido a Ferlito de que algo diferente está sucediendo con este volcán.
En su estudio, Ferlito señala que la mayoría de las teorías que rodean a los volcanes sugieren que el vapor, el dióxido de carbono, el dióxido de azufre y otros gases atrapados en el magma se liberan en el aire a medida que el magma se enfría después de ser expulsado del volcán. Pero, señala, nadie ha sido capaz de explicar cómo se puede liberar tanto gas de la pequeña cantidad proporcional de liberación de magma del Etna.
Señala que para que Etna produzca tanta agua y gas como lo hace, necesitaría producir 10 veces más lava. Esto, sugiere además, se debe a que no todo el vapor y los gases arrojados al aire por el Etna se liberan del magma, sino que residen en pozos y estanques subterráneos, y se ven obligados a salir a la superficie cuando se calientan.
Ferlito también señala un problema con otra teoría que sugiere que el vapor y los gases pueden liberarse del magma dentro del volcán antes de que pueda ser expulsado, lo que hace que el magma vuelva al volcán. Señala que si este fuera el caso, el volcán se inflaría como un globo.
El cree que la fuente del vapor son las bolsas de agua debajo o cerca del volcán, que se convierten en vapor y suben a la superficie y se liberan, como sucede con las aguas termales. Cita investigaciones recientes de otros que indican que puede haber mucha más agua en el manto de lo que se pensaba.
