Una gran historia que aprovecha la ansiedad de nuestra era

Las mentiras sobre la desaparición de las abejas

La bajada a largo plazo va pareja a la dinámica económica de la industria de la miel

La producción agrícola global ha mantenido su ritmo con la duplicación de la población humana durante las últimas cinco décadas

Una película llamada «La desaparción de las abejas (Vanishing of the Bees)» se estrenó en los cines de todo el Reino Unido a principios de este mes.

Es un documental sin cortes sobre el «misterioso colapso» de la población de abejas por todo el planeta – un fenómeno que recientemente ha atraído gran atención y sobre el que se ha escrito mucho.

La idea de que las abejas están desapareciendo por razones desconocidas se ha incrustado en la consciencia general.

También es una gran historia que aprovecha la ansiedad de nuestra era.

Pero, ¿es cierto? Creemos que no, no aún al menos.

Primero lo básico:

  1. La polinización por parte de abejas y otros animales – moscas, mariposas, pájaros y murciélagos – es necesaria para la producción de frutas y semillas en muchas plantas silvetres y cultivadas.
  2. Más de un 80% de las 250 mil especies de plantas con flor del planeta están polinizadas por animales.
  3. La agricultura es un beneficiario a gran escala de estos servicios de polinización, por lo que afirmar que estos polinizadores están en declive ha disparado las alarmas ya que nuestro suministro alimenticio podría estar en peligro, y puede que estemos al borde de una «crisis de polinización» global.

Las afirmaciones de tal crisis descansan sobre tres pilares fundamentales:

  • esas abejas son las responsables de la producción de una gran porción de nuestro alimento
  • esos polinizadores están declinando a nivel mundial
  • la caída en los polinizadores amenaza al rendimiento de la agricultura.

Numerosos artículos científicos, artículos de muchos medios e incluso una resolución del Parlamento Europeo de 2008 presentan cada uno de estos aspectos como una verdad incontestable. ¿Pero lo son?

El análisis de los datos procedente de la Organización de los Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas, que hacen al alimón en Ciencia Kanija Marcelo Aizen, investigador del Consejo de Investigación Nacional Científico de Argentina y Lawrence Harder, profesor de ecología de polinización en la Universidad de Calgary, revelan una perspectiva diferente de la crisis de polinización.

Una perspectiva bastante menos catastrófica que lo descrito en las películas:

La primera base – que las abejas son responsables de la producción de una gran fracción de nuestra comida – es simplemente falsa. Los polinizadores son importantes para muchos cultivos, pero es un mito que la humanidad se moriría de hambre sin abejas.

Aproximadamente el 70 por ciento de los 115 cultivos más productivos, incluyendo la mayor parte de frutas y oleaginosas, son polinizadas por animales. Esto hace una cifra de casi 2500 millones de toneladas de comida al año, aproximadamente un tercio de la producción agrícola global.

No obstante, pocos de estos cultivos dependen completamente de la polinización animal, dependiendo en gran parte de su capacidad de auto-polinización.

Aparte de eso, la producción de muchos alimentos básicos no dependen en absoluto de los polinizadores: los cultivos de carbohidratos tales como el trigo, arroz y maiz son polinizados por el viento o auto-polinizados. Si las abejas desaparecen por completo, la producción agrícola global bajaría entre un 4 y un 6 por ciento.

¿Qué hay de la bajada de polinizadores? Las afirmaciones de una desaparición global de abejas están basadas en colecciones de (a menudo extremos) ejemplos regionales, lo cual no necesariamente es representativo de las tendencias globales.

Estos ejemplos tienden a proceder de zonas de Europa y Norteamérica donde quedan pocos hábitats naturales o semi-naturales.

La cantidad de abejas domesticadas, el polinizador de cultivos más importante de todos, también ha decrecido considerablemente en los Estados Unidos y algunos países europeos en las décadas recientes.

No obstante, estas bajadas se compensan con el fuerte incremento en Asia, Latinoamérica y África. Es más, el número de colmenas gestionadas en todo el mundo se ha incrementado aproximadamente en un 45 por ciento en las últimas cinco décadas.

También ha habido algunas aterradoras historias sobre el «desorden por colapso de la colonia» y la expansión del ácaro Varroa en los Estados Unidos y Europa.

De nuevo, estos son fenómenos reales, pero problemas pasajeros más que fuerzas directoras de tendencias a largo plazo.

En lugar de esto, la bajada a largo plazo parece ser consistente con la dinámica económica de la industria de la miel, la cual parece estar desplazándose a los países en desarrollo en busca de una producción más barata.

Finalmente, ¿una baja abundancia de los polinizadores afectan a la productividad de la agricultura? Es cierto que una carencia de polinizadores, especialmente las abejas, puede limitar la producción de muchos cultivos y plantas silvestres.

También es cierto que muchos cultivos dependientes de los polinizadores han crecido más lentamente que aquellos cultivos en su mayoría no dependientes.

No obstante, contrariamente a lo que se esperaría si bajan los polinizadores, la media de producción de los cultivos dependientes de los polinizadores se ha incrementado a ritmo estable durante las últimas décadas, al igual que los cultivos no dependientes, sin signos de ralentización.

En general, debemos concluir que las afirmaciones de una crisis global en la polinización agrícola no son ciertas.

Los problemas de polinización pueden ser inminentes, no obstante.

La producción agrícola global ha mantenido su ritmo con la duplicación de la población humana durante las últimas cinco décadas, pero la pequeña proporción de ésta que depende de los polinizadores se ha cuadruplicado durante el mismo periodo.

Esto incluye los alimentos de lujo tales como las frambuesas, cerezas, mangos y anacardos. El incremento en la producción de estos cultivos ha sido conseguido, en parte, por un incremento de un 25 por ciento en el área de cultivo en respuesta a una mayor demanda de los mismos.

Esta expansión puede presionar la capacidad de polinización global, por dos razones. La demanda de servicios de polinización ha crecido más rápido que la cantidad de abejas domésticas, y la limpieza de tierra asociada ha destruido gran parte de los hábitats naturales de los polinizadores silvestres.

El incremento acelerado de los cultivos dependientes de polinizadores por tanto tienen el potencial de disparar futuros problemas para estos cultivos y plantas silvestres.

Estos problemas pueden crecer conforme la bajada en la producción de frambuesas, cerezas y el resto aumenten rápidamente sus precios, estimulando aún más la expansión de los cultivos.

Por lo que aunque la actual crisis de la polinización es en gran parte un mito, puede que pronto tengamos una real entre manos.

 

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