El fenómeno amenaza el 70% de los cultivos en España

Alerta mundial por la misteriosa y creciente desaparición de las abejas en todo el Planeta Tierra

La mortalidad de los insectos polinizadores, de los que depende la mayoría de los cultivos, aumenta sin que se sepan las causas

Muchos expertos creen que se debe al uso de 319 insecticidas y a la competencia letal de la avispa asiática

Han pasado 20 años desde que un grupo de agricultores franceses llamó la atención por primera vez sobre un fenómeno insólito: el despoblamiento de las colmenas a causa de la desaparición de las abejas, de cuya polinización depende gran parte de la producción mundial de alimentos.

Pronto se comprobó que el fenómeno era global, al menos en los países con una agricultura muy desarrollada, y un aluvión de investigaciones ha intentado desde entonces determinar las causas, con resultados a menudo dispares o contradictorios.

  • ¿Se debe la muerte de las abejas a los monocultivos o al calentamiento global?
  • ¿Virus, bacterias, hongos, parásitos como el Nosema ceranae?
  • ¿Pesticidas como los neocotinoides, que empezaron a usarse justo hace dos décadas?

Aunque parece haber tantas opiniones como expertos en el campo, es posible que todos tengan parte de razón.El descenso drástico del número de enjambres en EE UU ha avivado el debate sobre cómo sería un mundo sin abejas. Expertos y productores recuerdan que uno de cada tres alimentos en el país tiene su origen en la polinización de cultivos por parte de una especie concreta de abeja.

Consciente de esta tendencia y sobre todo de que, si no se contiene, puede resultar devastadora económicamente, la Casa Blanca ha decidido tomar cartas en el asunto.

El presidente Barack Obama firmó la semana pasada un memorando para impulsar un plan de acción para revertir la acuciante caída mediante iniciativas de investigación, prevención y protección.

La Casa Blanca ha propuesto destinar a ese objetivo alrededor de 36 millones de euros en el presupuesto de 2015.

Entretanto y como subraya Javier Sampedro en ‘El País’ este 29 de junio de 2014, el fenómeno no ha hecho más que agravarse -los apicultores denuncian pérdidas más graves un año tras otro-, y la única buena noticia en este terreno se ha producido solo en tiempos muy recientes.

Con característica lentitud pero loable preocupación, las Administraciones, incluidas las de Bruselas -que el pasado año prohibió varios pesticidas- y Washington -que ha aprobado un presupuesto extraordinario para investigar el fenómeno-, han tomado conciencia del problema y se han puesto manos a la obra.

El Laboratorio de Referencia de la UE para la Salud de las Abejas (EURL, en sus siglas inglesas), con sede en Anses, Francia, publicó en abril los resultados del primer programa de vigilancia sobre el despoblamiento de las colmenas en 17 países europeos.

Los datos, que se tomaron en más de 30.000 colmenas durante 2012 y 2013 y examinaron las prácticas agrícolas y los agentes patógenos más dañinos, muestran unos índices de mortalidad invernal muy variables entre países (la horquilla cubre del 3,5% al 33,6%).

En general, la situación es más leve en España y otros países mediterráneos (por debajo del 10%) que en el norte del continente (por encima del 20%).

El sector avícola español no está de acuerdo con estos datos y denuncia que la mortandad de abejas en España oscila entre el 20% y el 40%. Una catástrofe ecológica y económica.

Greenpeace alerta que el 70% de los cultivos españoles para consumo humano están en peligro por el declive de abejas y otros insectos Polinizadores.

Así, podrían desaparecer kiwis, calabazas, melones, sandías, calabacines, manzanas, melocotones o almendras.

La desaparición de estos insectos podría afectar al 70% del total de los cultivos de la agricultura española para consumo humano.

Las abejas y otros insectos polinizadores son fundamentales para la seguridad alimentaria y la biodiversidad en el planeta.

Así lo aseguró Greenpeace en la presentación de su informe «Alimentos bajo amenaza. Valor económico de la polinización y vulnerabilidad de la agricultura español ante el declive de las abejas y otros polinizadores», que tuvo lugar en Barcelona.

En su informe, Greenpeace subraya que, una tercera parte de la alimentación mundial y cerca del 90% de la flora silvestre, depende de los insectos polinizadores.

Pero algunos de ellos están amenazados por peligro de extinción, debido fundamentalmente, a la utilización masiva de plaguicidas en la agricultura convencional que provoca mortandades masivas de estos insectos.

La importancia de los insectos polinizadores en los cultivos ya se conocía en la agricultura mundial y europea. Por lo que Greenpeace presentó el primer estudio de estas dimensiones en relación a España, utilizando la herramienta para la valoración de los servicios de polinización de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

De hecho, el estudio recoge que el sector apícola español ha denunciado mortandades de abejas de entre el 20 y el 40%, porcentajes incluso superiores en algunas regiones, como Galicia, donde hasta el 56% de las colonias han desaparecido desde 2000

Greenpeace recalca que el beneficio económico de la polinización por insectos para los principales cultivos de consumo directo humano de la agricultura española en 2011 fue de más de 2.400 millones de euros, sobre todo en Andalucía (casi 878 millones), Cataluña (más de 321 millones), Murcia (casi 249 millones), Aragón (casi 194 millones) y Extremadura (más de 183 millones).

Los sectores con mayor beneficio económico por la polinización son el frutícola (1.200 millones de euros), el hortícola (casi 870 millones) y el de los frutos secos (más de 159 millones).

Sin embargo, el grado de vulnerabilidad de la agricultura española por la pérdida de insectos polinizadores se sitúa en un 11%, por encima del 9,5% de la agricultura mundial y del 10% de la europea.

Greenpeace indica que España es el segundo productor mundial de almendras, el cuarto de melocotones y nectarinas y el tercero de fresas, cultivos que pertenecen a los sectores más vulnerables por la falta de polinización de insectos.

«Cultivos tan importantes para la agricultura española y para nuestra alimentación -como almendras, melones, sandías, calabacines, calabazas, pepinos, kiwis, melocotones, manzanas, peras y cerezas- dependen de la polinización por insectos», afirmó Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace.

Además, Ferreirim ha añadido que la productividad y la calidad de estos productos están «altamente amenazada por el declive de las abejas y otros insectos polinizadores. Si no lo frenamos, tal vez el día de mañana una manzana sea un artículo de lujo».

También agregó que «un modelo de agricultura que pone en peligro a los polinizadores y al equilibrio ecológico del planeta no es un modelo a mantener. Es urgente prohibir todos los plaguicidas tóxicos para las abejas y demás polinizadores y apoyar decididamente la agricultura ecológica, la única solución de futuro».

 

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