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Las serpientes tienen dos penes y otras curiosidades sexuales de los reptiles

Una familia australiana captó el momento en que la serpiente, que suele visitarlos desde hace tiempo, devoró a su presa

Una caja de sorpresas los reptiles. Y en apariencia inagotable.

Más de 10.000 especies de múltiples formas y tamaños se deslizan sobre la Tierra, de culebras a cocodrilos, y sus partes bajas también son muy variadas. Con penes con espinas y penes múltiples —o sin penes—, los reptiles tienen el instrumental de apareamiento más inusual del planeta.

La mayor parte de la información actual acerca de los genitales de los reptiles se centra en las partes masculinas, pero los científicos están estudiando a sus homólogas femeninas, algo más complicado porque las partes femeninas están dentro del animal.

Dos mejor que uno

Las serpientes y los lagartos no tienen solo uno, sino dos penes denominados hemipenes.

El investigador de la Universidad de Sídney Christopher Friesen dice que tener dos hemipenes podría beneficiar a los machos durante el apareamiento.

«En el caso de las culebras que he estudiado, poder aparearse desde uno u otro lado de la hembra podría serles útil en la intensa competición entre los machos», afirma.
Eso se debe a que las serpientes forman lo que Friesen denomina «enormes agrupaciones de apareamiento» en la que entre cinco y 100 machos compiten por una sola hembra buscándola dentro de esa maraña reproductora. «Podría ser ventajoso ser flexible respecto al lado de la hembra en el que se encuentre el macho, porque usan el hemipene más cercano a la hembra para aparearse».

Las orgías de estas serpientes macho acortan sus vidas

Y los machos no son los únicos que tienen este rasgo doble. Los lagartos y las serpientes hembra tienen dos clítoris o hemiclítoris, descritos por primera vez en varanos hembra en 1995 por W. Böhme como «reflejos en miniatura de los hemipenes de los machos».

Todavía «se sabe poco» sobre los hemiclítoris y sus funciones, pero deberían considerarse una característica definitoria de los lagartos y las serpientes hembra, según informaron los investigadores Soledad Valdecantos y Fernando Lobo de la Universidad Nacional de Salta en Argentina en un estudio de 2014.

Ninguno es mejor que uno

Por otra parte, los tuátaras —reptiles parecidos a los lagartos— no tienen pene.

En su lugar, el macho monta a la hembra y coloca su cloaca —la cavidad donde se unen los tractos urinario, intestinal y genital en los reptiles— sobre la de ella. Esto le permite transferir su esperma al interior de la cloaca de la hembra.

La mayoría de las aves se aparean de forma similar: la mayoría de las aves de corral carecen de falo y en realidad transfieren el esperma frotando cloaca con cloaca. Una excepción importante son los patos, que tienen penes largos con forma de sacacorchos.

Penes femeninos pasajeros

Un grupo de investigadores de Australia realizó un descubrimiento curioso el año pasado mientras estudiaban embriones de Pogona vitticeps, un gran lagarto que vive en entornos secos.

Resulta que las hembras desarrollan temporalmente el equivalente a un pene en lagartos cuando están todavía en el huevo.

«La forma en que estas hembras desarrollan hemipenes, el equivalente a un pene mamífero, era sin duda muy rara», afirmó la investigadora Vera Weisbecker de la Universidad de Queensland en un comunicado de prensa de Science Daily.

Las hembras pierden sus hemipenes a medida que se acercan a la eclosión. Esta investigación se suma a lo que Weisbecker denomina un «escaso conocimiento» de los genitales de los reptiles hembra.

Lagartos con espinas

Los hemipenes de los lagartos y las serpientes poseen diminutas espinas y ganchos.

Los científicos tienen algunas ideas de por qué los hemipenes cuentan con este rasgo. Una hipótesis sostiene que la forma de los genitales de los machos y las hembras se ha adaptado para que solo el macho y la hembra de la misma especie puedan aparearse. Los genitales de machos y hembras de la misma especie encajan, y las espinas y los ganchos podrían contribuir a que el macho mantenga su hemipene en su lugar durante el apareamiento.

Un estudio determinó que dichas espinas y ganchos podrían aumentar la duración de la cópula, incrementando así el éxito reproductivo.

«Debo insistir en que los genitales femeninos necesitan estudiarse más para poder entender la función de la elaboración de los genitales masculinos», afirma Frieson.

Los aligátores mantienen los penes erectos

Los aligátores americanos macho siempre están preparados. La mayoría —si no todos— de los penes del resto de animales aumentan de tamaño a partir de un estado flácido, pero los aligátores mantienen los suyos erectos permanentemente.

Y no es todo: el pene sale de dentro del cuerpo del animal y a continuación se vuelve a meter como si fuera una goma elástica. Diane Kelly, investigadora y experta en falos animales de la Universidad de Massachusetts, contó a National Geographic en 2013 que este «pene permanentemente erecto» es «muy raro».

Kelly tiene una teoría sobre cómo un pene erecto permanentemente «y casi flotando libremente» sin un músculo adjunto es capaz de salir de la cloaca del animal. Tras ver este vídeo, tiene la hipótesis de que un par de músculos que sostienen el pene —los levator cloacae— se contraen para expulsar el pene.

Hasta ahora, el fenómeno se ha observado también en cocodrilos del Nilo y en cocodrilos de agua salada australianos. «Esperamos que sea así en todos los cocodrilianos», dijo Kelly en un email.

Todavía intenta conseguir especímenes vivos y sexualmente maduros para poner a prueba su hipótesis. Kelly señala que, aunque el pene permanece erecto, el glande —la estructura bulbosa de la punta— se hincha y cada especie tiene su propia apariencia y forma.

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Acostumbrados a las visitas de la pitón al jardín de su casa, en Currumbin, Queensland, Greg Hosking y su familia la «adoptaron».

La bautizaron «Monty», en un homenaje al grupo cómico británico Monty Python.

Hacía varias semanas que los australianos no la veían, hasta que el 29 de enero pasado reapareció y de una forma muy espectacular.

Colgada de un árbol, la serpiente estaba devorando a una comadreja que acababa de cazar.

Hosking, que dirige una empresa de diseño, contó que Monty tardó 45 minutos en tragarse a su presa.

Luego, pasó un rato acostaba.

A la mañana siguiente, ya había desaparecido.

 

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