Los seres humanos, al igual que otros vertebrados, tienen un sistema inmunitario que funciona de manera innata y también adaptativa, algo que solo es efectivo después de la exposición, más probable que suceda en el transcurso de una vida adulta. Sin embargo, los datos muestran que, incluso teniendo en cuenta el factor de la exposición, los niños son intrínsecamente más susceptibles que los adultos a ciertas infecciones. De hecho, muchas especies de animales y plantas que carecen de sistemas inmunológicos adaptativos también son más susceptibles durante las primeras etapas de vida, lo que sugiere que este fenómeno es de naturaleza generalizada, según Beatriz de Vera, N+1.
Desde una perspectiva evolutiva, esto desconcierta: morir joven o volverse infértil debido a una infección significa que los organismos no podrán reproducirse. Sin embargo, una nueva investigación de la Universidad de Bath (Reino Unido) sugiere que muchas especies pueden haber evolucionado para priorizar el crecimiento sobre la inmunidad mientras maduran.
Para el trabajo, publicado en Proceedings of the Royal Society B, se usaron modelos teóricos que predecían cómo y cuándo evolucionan las crías para ser más susceptibles que los adultos a infecciones. Los investigadores estudiaron qué sucedía si los indivuduos jóvenes tenían que elegir entre usar sus recursos limitados para crecer o para prevenir una infección. «Al desviar temporalmente recursos de la inmunidad durante el desarrollo, los organismos corren un mayor riesgo de infección cuando son jóvenes, pero pueden crecer más rápido o haceerse más grandes, dándoles una ventaja durante la edad adulta», explica Ben Ashby, autor principal del artículo y investigador financiado por el Natural Environment Research Council (NERC) en el Departamento de Ciencias Matemáticas de Bath.
Estas características dependen tanto del ciclo de vida del huésped como de las características de la enfermedad. Los modelos matemáticos simples permiten hacer predicciones generales sobre la probabilidad de que la susceptibilidad juvenil evolucione en la naturaleza, tomando en cuenta factores como la esperanza de vida y la duración de la infancia: la susceptibilidad juvenil debería ser más baja cuando los organismos tienen una esperanza de vida que no es demasiado corta ni demasiado larga. Si la duración de la vida del huésped es demasiado corta, entonces es difícil que la enfermedad se propague y, por lo tanto, los huéspedes pueden correr el riesgo de ser más susceptibles durante el desarrollo. Si los huéspedes tienen una esperanza de vida prolongada con etapas juveniles relativamente cortas, entonces el riesgo de una mayor susceptibilidad durante el desarrollo solo se produce por un breve período de tiempo, por lo que la susceptibilidad juvenil vuelve a ser alta.
En el futuro, el equipo espera probar sus predicciones estudiando la resistencia de las plantas jóvenes. «Muchos cultivos importantes han sido seleccionados artificialmente para resistir, por lo que sabemos que es fisiológicamente posible, pero a menudo no evoluciona en la naturaleza. Parece probable que esto se deba a que las plantas, al igual que otros huéspedes, deben equilibrar recursos durante el desarrollo entre crecimiento e inmunidad «, concluye Ashby.
