Todo de la oxitocina

La ‘hormona del amor’: la fidelidad masculina y la monogamia no tienen mérito alguno

Los hombres con elevadas cantidades en el cerebro ven a sus parejas más atractivas que aquellos con niveles más bajos

La 'hormona del amor': la fidelidad masculina y la monogamia no tienen mérito alguno
Amor, sexo, familia, cuernos y adulterio. PD

"Este mecanismo biológico actúa de modo muy parecido a una droga"

La monogamia en los seres humanos es un tema complejo.

No se puede afirmar de manera categórica que los humanos sean naturalmente monógamos.

Históricamente, muchas culturas han practicado la monogamia, en la que una persona tiene una sola pareja sexual o conyugal a la vez.

Sin embargo, también ha habido sociedades que han permitido la poligamia, donde una persona puede tener múltiples parejas sexuales o conyugales simultáneamente.

Esto sugiere que no hay una única forma «natural» de relación en los seres humanos, ya que las normas y costumbres varían ampliamente.

Infidelidades históricas:

  1. El rey Enrique VIII de Inglaterra: Fue famoso por sus múltiples matrimonios y divorcios, incluyendo la separación de la Iglesia Católica en Inglaterra para poder casarse con Ana Bolena.
  2. Napoleón Bonaparte: Tuvo varias relaciones extramatrimoniales, incluyendo una con Josefina de Beauharnais antes de divorciarse de ella.
  3. John F. Kennedy: El presidente de Estados Unidos tuvo varias aventuras extramatrimoniales, incluyendo una con Marilyn Monroe.
  4. Cleopatra: La famosa reina egipcia tuvo relaciones con Julio César y Marco Antonio mientras estaba casada con otros.

TODO ESTÁ EN LAS HORMONAS

La oxitocina, conocida como «hormona del amor«, desempeña un importante papel en la fidelidad masculina y la monogamia.

Se ubica en la zona del hemisferio derecho, se genera en una parte del cerebro llamada hipotálamo, en unos núcleos de nombres raros, núcleos supraópticos, paraventriculares.

Se libera por una glándula, que se llama hipófisis, y de ahí va a la sangre y se esparce por todo el cuerpo.

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bonn (oeste de Alemania) y publicado en la revista Proceedings de la Academia de Ciencias estadounidense, los hombres con elevadas cantidades de oxitocina en el cerebro ven a sus parejas más atractivas que aquellos con niveles más bajos.

Para alcanzar estos resultados suministraron oxitocina mediante un espray nasal a un grupo de cuarenta hombres heterosexuales que vivían con su pareja en el momento del estudio.

COMO UNA DROGA

Así descubrieron que, ante la visión de la propia pareja, esta hormona se ocupa de activar el centro de gratificación en el cerebro masculino, fortaleciendo de este modo los comportamientos monógamos en los hombres.

«Este mecanismo biológico actúa de modo muy parecido a una droga, ya que tanto en el amor como en el consumo de drogas se busca estimular el centro de satisfacción del cerebro», explica el director del estudio, René Hurlemann.

Según apunta el científico, la oxitocina estimula el contacto entre las parejas ya que, por medio de éste, se mantiene alto el nivel de esta hormona y ello repercute en una potenciación de la relación sentimental.

Hurlemann recuerda que «el hombre constituye una excepción«, ya que la monogamia no es un patrón de conducta muy extendido entre los animales salvajes.

 

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