Nos ayuda a centrarnos en tareas específicas

Los científicos identifican una señal que distingue a las personas inteligentes

Es un concepto multifacético y no hay una definición única o consensuada

Inteligencia
Cerebro, inteligencia, mente, pensamiento. PD

Entre los mejores poemas del genial Antonio Machado, hombre llano que conoce el dolor y la soledad, hay uno titulado ‘Retrato‘ del que hemos sacado un fragmento que nos viene al pelo, aunque no sea el motivo de esta nota.

Lo escribió Machado en 1906, cuando tenía treinta y un años de edad y aparece publicado en Campos de Castilla (1912).

Dice así:

  • Converso con el hombre que siempre va conmigo
    —quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
    mi soliloquio es plática con este buen amigo
    que me enseñó el secreto de la filantropía.

Eso sobre la soledad, porque de lo que va esto es un poco de eso y de su relación con la inteligencia.

¿QUÉ ES Y CÓMO SE MIDE?

La inteligencia es una capacidad mental compleja que involucra la habilidad de aprender, razonar, resolver problemas, adaptarse al entorno y tomar decisiones efectivas.

Es un concepto multifacético y no hay una definición única o consensuada de inteligencia.

Sin embargo, se puede describir como la capacidad de utilizar el conocimiento y las habilidades para enfrentar desafíos y lograr objetivos.

Es importante destacar que la inteligencia es un concepto complejo y multifacético, y ninguna prueba o medida única puede capturar completamente la gama completa de capacidades intelectuales de una persona. Además, la inteligencia no es estática y puede cambiar con el tiempo debido a la educación, la experiencia y otros factores. Por lo tanto, es importante no basarse únicamente en una medida de inteligencia para evaluar la capacidad de una persona.

La medición de la inteligencia es un tema amplio y ha dado lugar a diversas teorías y pruebas a lo largo del tiempo:

  1. Pruebas de inteligencia: Las pruebas de inteligencia, como el CI (coeficiente intelectual), son herramientas diseñadas para evaluar diferentes aspectos de la inteligencia, como la capacidad verbal, la capacidad de razonamiento lógico y matemático, y la memoria. Ejemplos de pruebas de inteligencia incluyen el WAIS (Escala de Inteligencia Wechsler para Adultos) y el WISC (Escala de Inteligencia Wechsler para Niños).
  2. Evaluación de habilidades específicas: Además de las pruebas de inteligencia general, también se pueden medir habilidades específicas, como la inteligencia emocional, la creatividad o la inteligencia social.
  3. Observación del comportamiento: La inteligencia también se puede evaluar a través de la observación del comportamiento en situaciones de la vida real. Esto implica observar cómo una persona aborda problemas cotidianos, se adapta a nuevas situaciones y aprende de la experiencia.
  4. Logros académicos y profesionales: El éxito en la educación y en la carrera profesional a menudo se utiliza como indicador de la inteligencia, aunque esto puede depender de otros factores, como la motivación y la oportunidad.
  5. Habilidades cognitivas: Las habilidades cognitivas, como la memoria, la velocidad de procesamiento de la información y la capacidad de resolución de problemas, también pueden ser indicativos de la inteligencia.

LA SEÑAL DE LA INTELIGENCIA

Científicos de la Universidad de Bangor (Reino Unido) han revelado que hablar con uno mismo nos ayuda a mejorar el control sobre una tarea o acción concreta y también puede ser indicativo de un nivel más alto de inteligencia.

Esta conclusión es resultado de una la investigación publicada por los especialistas de la citada universidad galesa en la revista digital The Conversation.

Para realizar la investigación, los investigadores presentaron instrucciones escritas sobre una tarea a 28 participantes, a los que pidieron que las leyeran en voz alta antes de llevarla a cabo.

Tras medir el nivel de concentración y resultados de la actividad, los científicos constataron que ambos parámetros mejoraron.

Asimismo, los especialistas han determinado que hablar con uno mismo amplía nuestro monólogo interior, lo cual mejora nuestros pensamientos, emociones y recuerdos, así como nos ayuda a planificar acciones.

El experimento explica, por ejemplo, por qué los deportistas profesionales se hablan a sí mismos durante las competiciones.

Según una de los investigadores, Paloma Mari-Beffa, hablar con uno mismo es evidencia de un alto funcionamiento cognitivo de la persona y le permite centrarse mejor en lo que hace.

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