El alzhéimer sigue siendo una de las enfermedades actuales más desconocidas y atroces. Más de un siglo después de su descubrimiento, no existe prevención o tratamiento efectivo para este deterioro progresivo del tejido cerebral, la memoria y la identidad.
Con el envejecimiento de la población existe una necesidad creciente de aclarar los factores de riesgo y utilizar esta información para encontrar nuevas formas de tratar y evitar la patología. Pero su larga y lenta progresión y la dificultad de recolectar muestras de tejido cerebral complica la búsqueda de sus orígenes, según SINC.
Investigadores del Hospital Monte Sinaí de Nueva York han identificado redes genéticas desconocidas hasta ahora que ofrecen nuevas pistas para comprender este trastorno neurodegenerativo. Sus resultados, a partir de muestras cerebrales post mortem de pacientes con alzhéimer, se publican hoy en la revista Neuron.