Ciencia

Vendajes de telaraña modificada genéticamente sanan heridas

Vendajes de telaraña modificada genéticamente sanan heridas
Araña Pixabay/ Imagen ilustrativa

Hace poco finalmente llegamos a entender cómo hacían las arañas para volar a pesar de no tener alas: el secreto estaba en su telaraña. Ahora, una investigación publicada en la revista ACS Applied Materials & Interfaces, ha encontrado como utilizar esa misma telaraña para crear vendajes que podrían curar heridas, o incluso reemplazar la piel dañada.

Según una investigación del 2009 de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU), aproximadamente 6,5 millones de personas sufren heridas crónicas debido a úlceras diabéticas y úlceras por presión solamente en los Estados Unidos y los costos por tratamiento que generan estos males llegan a los 25 mil millones al año, según Victor Román en N+1.

Por lo tanto, existe una gran motivación por encontrar formas nuevas y de bajo costo para tratar estas afecciones, así como por crear nuevos materiales para injertos de piel que puedan reemplazar el tejido perdido por quemaduras o laceraciones. El desafío es crear apósitos que generen la renovación de la piel, pero sin provocar una respuesta inmune o infecciones bacterianas. Y por sorprendente que pueda parecer, la seda de araña es una buena opción.

«La tela de araña tiene una elasticidad que coincide con la de la piel», dice My Hedhammar del KTH Royal Institute of Technology en Estocolmo (Suecia) y que participó en la investigación. «La tela está hecha de proteína, que también es el componente principal alrededor de las células en la piel. El tipo de seda reemplaza el colágeno que se encuentra en la piel», agregó.

El equipo de Hedhammar usó proteína de tela de araña producida por una bacteria E. Coli modificada genéticamente. Una ventaja de este método de producción es que los químicos encontrados en el cuerpo que promueven el crecimiento celular, como los agentes de unión y los factores de crecimiento, pueden ser modificados genéticamente en la proteína de la misma  tela de araña, así como en las proteínas antimicrobianas que se encuentran naturalmente en la piel.

Sin embargo, esta telaraña modificada es relativamente costosa, por lo que los investigadores colocaron una capa delgada sobre otro tipo de tela (derivada de los capullos de los gusanos de seda). Luego, usaron este material combinado para hacer una alfombra para curar heridas, y también la convirtieron en una esponja porosa con el fin de usarla como piel artificial.

Después, para probar el vendaje, los investigadores desarrollaron células de piel humana: fibroblastos y células endoteliales, que forman la capa base de nuestra piel, y queratinocitos, que forman la capa externa.

Descubrieron que el material de seda promovía el crecimiento de las células de la piel para producir un tejido en capas similar a la piel humana, y que los agentes antimicrobianos evitaban el crecimiento de bacterias. «Este material permite que las células crezcan de una manera que se parece a la piel real», dice Hedhammar. Luego, planean probar la piel de seda en animales.

Debido a sus propiedades, la telaraña se está utilizando en una variedad de experimentos. Por ejemplo, los Estados Unidos han creado un tipo de Kevlar a base de telaraña modificada genéticamente.

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