En una galaxia a 8 mil millones de años luz de distancia

¿Cómo mover de su sitio a un agujero negro?

Un agujero negro supermasivo

Si nada, ni siquiera la luz, puede escapar del campo gravitacional de un agujero negro, ¿qué cosa lo puede remover su sitio?
La confirmación de la existencia de ondas gravitacionales -fluctuaciones en la curvatura del espacio-tiempo que viajan como radiación a la velocidad de la luz, emitidas por ciertos objetos o por sistemas de objetos que gravitan entre sí- surcando las infinidades del universo tiene apenas un año, pero ya destaca como uno de los grandes hallazgos de la física contemporánea que sigue abriendo campo a nuevas investigaciones, como esta sobre los hoyos negros.

En una galaxia a 8 mil millones de años luz de distancia, un agujero negro supermasivo, con una masa de mil millones de soles, está lejos de donde debería estar. Ya está a más de 35.000 años luz del centro de la galaxia que lo alberga, lugar donde habitualmente debería encontrársele, y se aleja de ahí a 2.000 kilómetros por segundo. Todo ello fue registrado en una investigación publicada en Astronomy and Astrophysics.

Marco Chiaberge, del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial de Maryland y sus colegas descubrieron este agujero negro, el más grande detectado usando el Telescopio Espacial Hubble. Y concluyeron que se aleja del centro de su galaxia por la acción de ondas gravitatorias, que lo van empujando como si se tratara de trampolines.

Cuando un par de galaxias se fusionan, sus agujeros negros centrales se atraen uno al otro y terminan uniéndose al centro de la nueva galaxia fusionada, orbitando los hoyos entre sí y emitiendo ondas gravitatorias.

Si los dos agujeros negros tienen masas o velocidades de rotación diferentes, las ondas gravitacionales irradian en una dirección más fuertemente que en otras. A medida que los agujeros negros se rompen y se fusionan, el agujero negro resultante retrocede en dirección contraria a la de las ondas, como si se tratara de la culateada de un arma (el empuje hacia atrás que sufre quien acciona el arma al efectuar un disparo).

«La cantidad de energía que necesitas para empujar de esta manera un agujero negro supermasivo como este es equivalente a 100 millones de supernovas [la explosión por el colapso de una estrella masiva] explotando simultáneamente», dice Chiaberge.

Un sistema tan inusual podría ayudar a proporcionar evidencia concluyente de que los agujeros negros supermasivos se fusionan en nuestro universo y no solamente orbitan entre sí eternamente.

Todavía es posible, sin embargo, que el agujero negro no fuera realmente empujado en absoluto y se encuentre justo detrás de la galaxia a la que parece pertenecer. Estudios más profundos y observaciones futuras permitirán confirmar la posición y movimiento real del agujero observado.

Este artículo fue publicado originalmente en N + 1. Leer el artículo original

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