Se ponen guantes y no le hacen ascos a nada. Se llaman Magnus Irvin y Michael Ritzema, y conforman una empresa algo peculiar: se dedican a hacer bombones de chocolate con la forma del ano de sus clientes. Tal cual.
Con el ingenioso nombre de Edible Anuses, han logrado un éxito descomunal con lo que para muchos es «una auténtica porquería».
CULOS EN LA PUERTA
Sea como fuere, ya que opiniones hay para todos los gustos, se les amontonan los culos en la puerta, valga la expresión.
El vídeo que acompaña estas líneas es harto elocuente: el comprador se abre de patas y se somete a la ‘inspección’ y toma de medida de los pasteleros, que logran toda una virguería tras tomar el preceptivo molde y que que acaba en las bocas más exigentes.
A POR TODAS
El negocio, visto el éxito, se les ha quedado pequeño a este par de ingeniosos emprendedores y han decidido ir más allá y confeccionar una oferta más variada.
Por ello, y permaneciendo fieles a esta parte del cuerpo humano, ahora ofrecen la posibilidad de hacer una réplica de tu ano en vidrio o en bronce para llevarlo como un anillo o como colgante.