La respuesta del Estado Islámico a la superproducción de Hollywood, ‘El Francotirador’, dirigida por Clint Eastwood, no se ha hecho esperar.
En un vídeo que acaban de publicar, un tal Khalid toma el papel de Bradley Cooper, solo que esa vez las balas de su rifle ruso Dragonov son de verdad, y se cobra la vida de 12 combatientes en la provincia de Deir Ezzor, en el este de Siria.
Al grito de «Alá es grande», se intenta rivalizar con la famosa película, gran filón para reclutar yihadistas en todo Oriente Próximo que sigue siendo la guerra de Irak.
Hollywood ha recaudado más de 500 millones de dólares en todo el mundo con la historia de Chris Kyle.
Pero en este rincón del planeta que va de Siria a Iraq una película como «El francotirador» ha tenido un coste mucho mayor: dañar la imagen de Estados Unidos en su lucha contra el terror.
