La británica madre de mediana edad se presentó en un hospital con decidido paso, aunque con vacilante mirada.
Si alguien se hubiese fijado con detenimiento hubiera observado quizás una ligera cojera, aunque el detalle en el centro, -especializado en temas de índole sexual-, estaba fuera de lugar.
La doctora en prácticas, que ahora cuenta la anécdota en ‘The Guardian‘ bajo el título ‘El día que saqué un dinosaurio de juguete de la vagina de una mujer’, la invitó a sentarse en su consulta.
LA CONFESIÓN
Tras hacerle unas cuentas preguntas sobre su vida sexual, enterándose que llevaba casada hacía 20 años y que jamás le había puesto los cuernos a su marido, le pregunto la razón de su visita.
La interpelada no sabía cómo empezar aunque, al final, lo soltó de sopetón:
«Estaba jugando con el dinosaurio de mi hijo y se atascó en mi vagina. Es un «tiranosaurio rex».
Finalmente, la joven estudiante y el doctor a cargo del cual estaba realizando las prácticas pudieron resolver el caso, gracias «a algunas maniobras con las pinzas».