Los porno-chat desatan la locura

La explosiva oferta laboral en Rumanía que hace correr de gusto al cliente y llena la cartera de la trabajadora

Los escasos 1.000 euros de un trabajo normal pueden quintuplicarse con esta práctica laboral

La explosiva oferta laboral en Rumanía que hace correr de gusto al cliente y llena la cartera de la trabajadora
Una modelo en un porno-chat. PD

Lo cuenta con pelos y señales (y nunca mejor dicho) este 25 de febrero de 2018 el diario El País.

Rumanía, que no se destaca por ser una de las naciones que estén en la vanguardia económica, tiene muchas dificultades y, por ende, su clase trabajadora se las ve y se las desea para amasar un sueldo digno al mes.

Sin embargo, ha llegado al país del Este de Europa toda una revolución, el porno-chat, donde, a poco que una tenga un poco de labia y el cliente que recurra a ese servicio no tenga problemas en dejarse unos cuantos euros, hay quienes se pueden forrar y llegar a levantarse del orden de 5.000 a 6.000 euros mensuales.

Así presenta El País este proceloso negocio que desata las pasiones y eleva las cuentas corrientes en Rumanía:

Son las nueve de la noche de un domingo y Sandra Diamond está acabando de retocarse. Labios de un rouge furioso. Body de encaje negro y ligueros bajo la bata de satén. Lista para empezar su jornada laboral frente a la webcam. Diamond, alta, espigada, estilosa, se define como modelo; aunque en la jerga de la industria del sexo es una cam-girl. Pasará las próximas ocho horas interactuando desde Bucarest con clientes de EE UU, Australia o Canadá. Miembros de una plataforma digital de espectáculos de sexo en vivo que pagan un mínimo de 3,99 dólares por un minuto en una cibersala privada con mujeres.

Con el porno enlatado y clásico en declive, otras fórmulas como el porno-chat -con sus estriptis y espectáculos a demanda- ganan terreno. Y Rumania se ha convertido en su capital global. Es un negocio multimillonario, poco regulado y opaco en el que resulta difícil obtener cifras, pero solo en LiveJasmin, una de las mayores comunidades de cam-girls, el antiguo satélite comunista es el segundo país de procedencia, según datos de la empresa.

El primer país del ranking, afirma un portavoz, es información clasificada. En esta web, que paga a las mujeres entre un 30% y un 70% de lo que gastan los espectadores y que tiene un volumen de negocio anual de unos 400 millones de dólares (unos 325 millones de euros), cuenta con dos millones de modelos registradas -50.000 activas-. En el top 10 hay mujeres de EE UU, Rusia, Colombia, Filipinas, Polonia, Sudáfrica… Las rumanas son un 12%; una cifra oceánica para un país de menos de 20 millones de almas.

Ya con ropa de calle, Diamond se ha puesto cómoda en la cama de una de las habitaciones de los estudios Gloria Agency, especializados en estos videochat. Desde allí ha hablado con sus seguidores. Si no fuera por la pantalla, la webcam y el micro parecería la alcoba algo picante de un hotel. Afirma que en un mes normal puede ganar unos 6.000 euros.

Alrededor de 5.000 quitando impuestos. En un trabajo corriente, no se gana más de 1.000. Y difícilmente.

Alexandra (nombre real de Diamond), de 30 años, graduada en telecomunicaciones, conoce ambas realidades. Hasta hace año y medio trabajaba en una compañía telefónica.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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