Lucha de gallos

Listas PD: 6 broncas muy sonadas entre entrenadores y futbolistas

Han sido portada de muchos periódicos

El incidente en el Celta de Vigo entre el técnico ‘Toto’ Berizzo y el extremo Fabian Orellana, y el conflicto latente entre Conte y Diego Costa en en el Chelsea, han hecho que nos acordemos de las peleas entre entrenador y jugador más sonadas de la historia del fútbol. De todas las que se recuerdan en el Real Madrid, la que quizá sea más recordada, es la que tuvieron Iker Casillas y José Mourinho. El portugués castigó al portero titular con la suplencia por suponer que había filtrado información importante a la prensa al contarle secretos de vestuario a su novia, que en ese momento era periodista de Telecinco. El caso es que Mourinho también acabó peleado en el Madrid con prácticamente toda la plantilla excepto Arbelóa, que era fiel defensor de sus métodos.

La furia de Hortaleza

Si bien es verdad que la pelea entre Mourinho y Casillas solo se puede contar por hechos, la que tuvo Luis Aragonés con Samuel Eto’o cuando jugaba en el Mallorca queda bastante clara en imágenes. Todos recordamos como el técnico zarandeaba al delantero camerunés en el banquillo tras ser sustituido. Aragonés también tuvo sonadas broncas con otros jugadores. No se achantó a la hora de darle un rapapolvo a Romario en el Valencia, luego no tuvo cuidado a la hora de decirle a Reyes cuando jugaba en el Arsenal aquello de «Dígale al negro que usted es mejor» refiriéndose a Henry, y no le tembló el pulso para echar a Raúl de la selección. Esta última decisión fue clave para que aquel conjunto escribiera las mejores páginas de ‘La Roja’ en toda su historia. La mayoría de jugadores que tuvieron conflictos con él lo reconocen como uno de los mejores entrenadores que han tenido en su vida. Para Samuel Eto’o, Aragonés fue «el más grande» y «el que me ha dado la oportunidad de creer que era un jugador único». También manifestó que «si no fuese por él no habría jugado en el Barcelona nunca», según recoge Excite hoy 19 de enero de 2017.

Choque de líderes

Luis Enrique llegó al Fútbol Club Barcelona diciendo que era un líder de vestuario. Esto fue algo que funcionó bien durante los primeros meses pero, cuando el asturiano se dio cuenta de que el mejor jugador del mundo dictaba cómo tenían que ser las cosas sobre el terreno de juego, estalló el conflicto. Messi estuvo a punto de que Luis Enrique abandonara el Barcelona, pero, finalmente, el técnico otorgó el liderazgo del equipo al argentino, quedando en un segundo plano. Seguro que tuvo que doler bastante tener que achantarse, y más cuando venía con aires de grandeza pero, el caso es que el resultado fue conseguir el triplete esa temporada, por lo que si la cosa funciona…

 

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El bueno, el chulo y el filósofo

No se engañen por la fotografía, no nos referimos al bueno por Mourinho. En esta historia el bueno es Messi, el chulo Ibrahimóvic y el filósofo, el nombre con el que el sueco bautizó a Guardiola tras salir del mejor Barcelona de la historia por la puerta de atrás. El de Santpedor solicitó el fichaje del alto delantero y esperaba que aportase muchas cosas al equipo, algo que ocurrió sobre todo al principio de su incorporación. El problema llegó cuando Ibra sintió que había alguien infinitamente mejor que él y que además tenía un mejor trato del Mister. Su complejo de inferioridad le hizo estallar contra Pep, que tampoco guarda un buen recuerdo de Ibrahimóvic.

Cuando la tensión estalla

El ‘Toto’ Berizzo y Fabián Orellana mantienen una relación tensa desde siempre. El entrenador desveló recientemente el desplante y el delantero no ha tardado en responderle. Ahora está fuera del equipo. En la Premier League no han querido ser menos y también se masca la tragedia entre el técnico italiano del Chelsea, Conte, y su delantero, Diego Costa.

Cuando el alumno se revela al maestro

Ha habido miles de casos más tanto en nuestra liga como en el resto del mundo, pero queremos reseñar uno muy sonado en su momento por ser el jugador el que agrede al entrenador. Nos referimos al cabezazo que propinó Djalminha a Irureta durante un entrenamiento del Depor en el año 2002. Lo peor es que todo vino por un penalti que pitó en contra del equipo del brasileño en un partidillo del entreno.

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