El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, consideró hoy que la sentencia del caso Bosman, de la que se cumple una década, sólo ha servido para aumentar las distancias entre los clubes ricos y pobres.

"La Ley abrió las puertas a la actitud de "los ganadores se llevan todo" en el mercado de jugadores, lo que ha llevado a un gran desequilibrio y que se eleven las distancias entre los clubes ricos y pobres", expresó Blatter en una entrevista.

El belga Jean-Marc Bosman fue a los tribunales después de que su club (Lieja) se negara a dejarle marchar al Dunkerque sin pagar traspaso y después de la sentencia a su favor en 1995 desaparecieron las compensaciones entre los clubes europeos en jugadores que terminan contrato y acabó con la regla de los tres extranjeros y dos "asimilados", permitiendo la libre presencia de futbolistas europeos en los clubes.

"Reconoce el hecho de que un futbolista sea libre al final de su contrato y eso puede considerarse positivo para el desarrollo y modernización", expresa Blatter, que confía en la limitación del cupo de extranjeros para mantener la unión entre el club y el país.

Así, su reto es introducir un límite, motivo por el que se negocia, junto a UEFA, la imposición de un límite de jugadores nacionales o formados en la cantera del club.

Y es que el secretario general de la UEFA, Lars-Christer Olsson, también lamentó el impacto de la Ley Bosman, que perjudicó a los pequeños clubes y favoreció incluso una competencia desleal. "Lo que fue más importante es que se abolió la regla del "3+2", lo que significó que la educación y el entrenamiento dejaron de tener significado", consideró.

"Aquellos clubes que tenían acceso a todo el dinero de la televisión comenzaron a robar aquellos más pequeños que en realidad produjeron el talento y entrenaron a los jugadores. Incluso compraron jugadores para debilitar a sus rivales, no sólo hacerse más fuertes ellos mismos", lamentó hace un par de días.