James Rodríguez dio una lección de compañerismo, humildad y profesionalidad en San Siro. El colombiano demostró pensar en todo el equipo en una victoria histórica para el Real Madrid.
El centrocampista volvió a ser marginado por Zidane, como lo lleva siendo en las últimas semanas, y ni siquiera calentó. Lucas Vázquez le volvió a pasar la mano por la cara y entró al terreno de juego antes que él.