Hundido. Ese es el panorama que queda en París respecto al futuro del PSG tras su histórica caída ante el Barça en el Camp Nou. Nadie en Francia esperaba un descalabro semejante por parte de los parisinos. La derrota es tratada este jueves en el país como un auténtico ridículo nacional, con Unai Emery como gran señalado (se le fichó para ganar la Champions) y toda la estructura deportiva de la entidad más rica de la Ligue 1 en ruinas. Se entiende que se puede perder, pero no es aceptable caer de este modo y más con la ventaja que se traía del partido de ida en el Parque de los Príncipes.
Por ello, habrá que ver cómo se comportan los otros grandes ‘señalados’ y ‘tocados’ de toda esta historia de aquí a los próximos meses, los futbolistas. El PSG, que se gastó 156 millones de Euros el pasado verano para conformar una plantilla más competitiva y no sólo de nombres en el equipo titular, tiene ahora un papelón entre manos: sigue siendo un conjunto de figuras, pero algunas de ellas llevan ya en la entidad el tiempo suficiente como para pensar que en París nunca conseguirán lo que en otros lugares. Y ofertas no faltan. La ‘desbandada’ es un peligro real en una entidad sin tanta historia como otras en el viejo Continente.