Puerta cerrada. Los capo del Barça, con Messi a la cabeza, ponen las cartas sobre la mesa: no más morralla.
La eliminación de la Champions y la inmediata pérdida de la Liga -en el Barcelona nadie da un duro por una victoria de los hombres de Luis Enrique en el Clásico- obligan a los capitostes de la entidad a una refundación: altas, bajas y problemas del pasado con los que el grupo no quiere cargar.
Thomas Vermaelen está sin equipo. La Roma pagó la novatada el pasado curso y ha dicho basta.