Podrá gustar o no, pero Diego Costa es un tipo que habla a las claras. No se calla casi nunca lo que piensa, y por eso monto un buen escándalo cuando aseguró, en la última concentración con la Selección española, que Antonio Conte le había llamado para decirle que no contaba con él la próxima temporada. Automáticamente se puso en el mercado pero se complicó la existencia, ‘rajando’ desde la distancia sobre su situación, algo que no gustó nada en el club londinense.
En los últimos días, la salida de Costa del Chelsea, que se da por sentada después de lo ocurrido, se había puesto difícil. Que Conte no cuente con él no quiere decir que la entidad inglesa quiera regalar a un delantero centro tan cotizado, y el añadido del futbolista de querer recalar sólo en el Atlético de Madrid se encontraba con el inconveniente de que los colchoneros no pueden fichar hasta enero, y además no ofrecen la cantidad que quiere Roman Abramovich. La diferencia sigue siendo de unos 20 millones de Euros. De 30 que pone sobre la mesa el Atlético a 50 que piden los ‘Blues’.
Las posturas se habían enquistado hasta tal punto que el jugador había amenazado con no salir si el Chelsea no atendía a razones, algo que podía acabar con Costa en la grada durante toda la temporada y su valor de mercado bajando en picado.