El madridismo vive ahora mismo en un estado de éxtasis absoluto. La consecución de la décima Supercopa de España ante el Barcelona ha confirmado lo que ya se intuía desde hacía meses: el Real Madrid es, en estos momentos, el mejor equipo del panorama mundial y nadie es capaz de ‘hincarle’ el diente… por ahora. La superioridad frente a un equipo azulgrana en crisis ha quedado patente en los dos partidos de un título que, si bien es menor, prolonga el sueño de un histórico sextete y adquiere relevancia al haberse ganado ante el eterno rival. Sin embargo, Florentino Pérez no puede permitirse el lujo de celebrar.
El máximo mandatario madridista conoce bien el mundo del fútbol: si te frenas, te pasan por la izquierda y todo lo que hoy está en lo más alto termina bajando. Por eso, con el presente bien apuntalado, toca pensar en el futuro. Seguir adelantándose a todos los demás en cuanto a tomar decisiones que refuercen la posición dominante del club. Y el futuro pasa por tomar varias de esas decisiones de peso antes del próximo 31 de agosto.
Visto lo visto tras los tres primeros partidos oficiales, y con el comienzo de la Liga en ciernes, Zidane debe decidir qué hacer con Jesús Vallejo y Marcos Llorente.
Ninguno de los dos ha tenido oportunidades hasta ahora. En el caso del centrocampista, la elevadísima competencia en su demarcación le hace muy complicado tener minutos; y sobre el central siguen existiendo serias dudas respecto a su madurez para jugar ya en el primer equipo.
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