El FC Barcelona dispone en su plantilla de un tridente mágico compuesto por Messi, Neymar y Luis Suárez que no admite sustitución. Son los mejores y es difícil que alguien pueda desbancarles de la titularidad. No es el caso ni de Munir ni de Sandro. Pero la intención de Luis Enrique es incorporar a un cuarto delantero que, a diferencia de Munir y Sandro, sí pueda cuestionar la titularidad de los tres cracks. Asumida la marcha de Sandro y Munir, Luis Enrique topa con el problema de que los jugadores contactados para convertirse en alternativa al tridente no se muestran receptivos porque no quieren verse condenados a
convertirse en carne de banquillo.
Pero el técnico tiene la solución. De hecho ya lo ha hablado con los tres cracks de su delantera. El año que viene hay que evitar el bajón físico que ha vivido la plantilla durante el mes de abril que se ha traducido en una cadena de derrotas que ha echado al Barça de Europa y a punto ha estado de complicarle también la Liga. La próxima temporada habrá rotaciones, las rotaciones que en el pacto de Anoeta aceptó Luis Enrique descartar esta temporada.