Podría derivar en un incremento de las comisiones a los clientes

El desastre de la nueva regulación europea de las tarjetas

La eliminación de la obligación de aceptar todas las tarjetas en los comercios podría reactivar el pago en efectivo

El desastre de la nueva regulación europea de las tarjetas
Pago con tarjeta EP

La Comisión Europea trabaja desde hace más de un año y medio en la revisión de la Directiva de Servicios de Pago y una rebaja de las tasas de intercambio, con la finalidad de responder mejor a las necesidades del mercado de pagos europeo.

Sin embargo, los consumidores aprecian más inconvenientes que ventajas ante algunas modificaciones, como la eliminación de la obligación actual de aceptar todas las tarjetas o una limitación de las tasas de intercambio que no se refleja en los precios finales de los comercios. Las reticencias de la mayoría de los españoles también son compartidas por los franceses.

Las modificaciones de la directiva de pagos que se discute aún en el seno de la Comisión Europea ya han comenzado a cosechar rechazos antes incluso de su redacción definitiva. La mayoría de los españoles (75,4%) se muestran muy reacios a que se elimine la obligación que tienen los comercios de aceptar todas las tarjetas siempre que se muestren públicamente el logo de las marcas de pago, según una encuesta de Eurus e-i para Visa Europe en España, que llega a unas conclusiones muy similares a las recogidas por otro estudios realizado en Francia para esta compañía de medios de pago.

El impacto de esta medida será que los consumidores sólo van a usar instrumentos de pago que sepan que van a ser aceptados o, incluso, pueden volver a medios de pago menos eficientes, como es el dinero en efectivo. Tanto las autoridades comunitarias como las grandes compañías de medios de pago, caso de Visa, han promovido en los últimos años el pago con tarjeta frente al efectivo.

Por otra parte, la Comisión Europea sugiere obligar a los consumidores a seleccionar un esquema de pago para cada transacción, algo que ahora se hace de forma automática utilizando los procesadores nacionales para los pagos domésticos y las marcas internacionales para las operaciones transfronterizas. La mitad de los españoles consideran que esta medida hará que sus pagos con tarjeta sean más complicados.

Otro asunto espinoso es la modificación que facilita el acceso y uso de la información de la cuenta de pago a otros proveedores. Los expertos de Visa Europe consideran que ofrecer a los consumidores más formas de acceder a sus cuentas corrientes «amplía las opciones» de que disponen para realizar pagos electrónicos. Sin embargo, advierten que proporcionar acceso a terceros a la información de la cuenta corriente de un consumidor «requiere de un marco bien definido», que la Comisión Europea no ha determinado.

España, pionera

Una de las cuestiones más controvertidas sobre los cambios previstos es la reducción de las tasas de intercambio, aquellas que pagan los bancos de los comercios a los bancos de los consumidores por cada transacción con tarjeta.

El Gobierno español ya se adelantó a la legislación propuesta y desde el pasado mes de septiembre se impusieron nuevos límites a las tasas de intercambio: 0,3% por cada transacción con tarjetas de crédito y 0,2% para las de débito. Además, la tasa a las transacciones a débito no puede superar los siete céntimos de euros, aunque el porcentaje máximo del 0,2% exceda esa cantidad. Además, se aplican unas tasas inferiores para los pagos de bajo importe (menos de 20 euros).

Sin embargo, la mayoría de los entrevistados (55,4%) considera que los comercios no están trasladando esta reducción a los precios que pagan los consumidores.

Junto a esta apreciación, los expertos de Visa Europe apuntan que esta reducción favorece a los comercios, pero los bancos pueden sufrir una disminución sustancial de sus ingresos. Esta situación podría derivar en un incremento de las comisiones a las tarjetas de sus clientes.

 

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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